Cierre de escuelas particulares por crisis genera drama en autoridades y maestros

“Somos niños de buenas costumbres / y mañana muy grandes seremos / pues la escuela nos enseña en su seno / libertad, igualdad y hermandad”, es la primera estrofa del himno de la Escuela Presidente Alfaro que ha sido coreada por más de 5000 estudiantes que han pasado por dicha institución a lo largo de 61 años.

La nostalgia y preocupación embargan a su directora, Patricia Quintero, quien decidió cerrar la escuela, ubicada en el barrio del Seguro, sur de Guayaquil, por múltiples afectaciones económicas, que se han agravado con la emergencia sanitaria ante el COVID-19.

Esta pandemia, aparte del dolor por las miles de muertes que ha dejado en el país, se ha hecho sentir en el ámbito económico. Son cientos de compañías que están quebrando y el sector educativo no se escapa de esta grave situación.

Quintero explicó que cada año se matriculan entre 190 y 210 alumnos. Pero para el nuevo periodo lectivo 2020-2021, desde que se abrieron las matrículas hasta el pasado viernes apenas se habían inscrito 40 estudiantes y otros 18 acordaron reservaciones sin pago.

“Por esa razón no podíamos garantizar todas las obligaciones con el sector docente ni con una infraestructura virtual para trabajar con los alumnos”, manifestó Quintero, quien lleva cinco años al frente de la institución, luego del fallecimiento de su hermana Adda, fundadora de la entidad.

Lamentó que el Ministerio de Educación “no haya dado opciones más que el cierre definitivo” para varios planteles.

Quintero expresó que la decisión de cerrar la escuela ya fue comunicada días atrás a los docentes y padres de familia.

“Había un grupo de padres que estaban gestionando la posibilidad de conseguir las próximas semanas 150 matriculados. Yo les agradecí, pero realmente si en todos estos meses solo se ha logrado que 40 vengan y puedan pagar, y otros hagan unos abonos parciales, es que la situación económica es complicada, y frente a eso no pudimos asumir los gastos de un nuevo periodo académico”, manifestó Quintero.

Su preocupación se centra en la falta de liquidez para cancelar los rubros de jubilación para el personal que lleva laborando más de 23 años en el establecimiento educativo.

“¿Cómo podemos evitar el cierre? La compraventa es una opción, porque tenemos que cubrir lo legal y lo justo. Yo tengo gente que se va de aquí con 25 años y yo no puedo dejar de mirar eso, y lo justo sería que yo los liquide por sus años de trabajo”, sostuvo Quintero.

La directora contó que, con la escuela, deja una parte importante de su vida y uno de los patrimonios más valorados de su familia, en el aspecto sentimental. Ella se ha mantenido ligada al plantel por 25 años.

“Hemos formado tantos niños, jóvenes, siempre inculcándoles valores y buenas costumbres”, dijo la directora.

Quintero contó que en la Escuela Presidente Alfaro, ubicada en las calles O’Connors y Bogotá, se han educado varios personajes destacados de la ciudad, entre ellos la actual alcaldesa Cynthia Viteri.

Este plantel educativo fue creado el 25 de junio del 1959.

Algunas instituciones educativas también han anunciado su cierre hace pocas semanas.

En días pasados, la escuela particular Semillita, ubicada en las calles Amazonas y la 29, suburbio de Guayaquil, anunció su cierre, basándose en el artículo 107 del Reglamento y la Ley Orgánica de Educación.

La unidad educativa Santa Luisa de Marillac es otro de los planteles que dejarán de funcionar debido a la crisis generada por la pandemia.

Se indicó que el alumnado del plantel, regentado por la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG), tendría cupo en el colegio José Domingo de Santistevan, también de la JBG.

En Chone (Manabí), luego de 78 años de servicio, la unidad educativa particular Santa Mariana de Jesús decidió cerrar.

La rectora Lourdes Mejía informó que una de las causas de esta decisión era la falta de liquidez y problemas ante el déficit presupuestario. (El Universo)

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