La cumbre histórica entre Donald Trump y Kim Jong-un pende de un hilo. Corea del Norte ha amenazado con anular el encuentro, debido a ciertas propuestas planteadas en Washington que barajan imponer a Piongyang un desmantelamiento de golpe de su programa nuclear siguiendo la llamada solución libia.
Esto hace referencia al acuerdo que Trípoli y Washington firmaron en 2003 y por el cual el régimen de Muamar al Gadafi se comprometió a eliminar su programa de armas de destrucción masiva y entregar su arsenal a cambio de incentivos económicos. Ocho años después, en 2011, fue bombardeado por la OTAN y derrocado.
El vicecanciller norcoreano, Kim Kye-Gwan, ha acusado en un comunicado a Estados Unidos de tratar imponer a su país un destino como el de Libia e Irak. ‘Nunca hemos tenido ninguna expectativa de apoyo económico de Estados Unidos y tampoco aceptaremos ese acuerdo en el futuro’, reza el texto.
En Washington dicen que no tienen constancia de la posibilidad de que la cumbre se cancele. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, señaló que no habían recibido ninguna informaciónde ninguno de los gobiernos coreanos para que no sigan preparando el encuentro entre el presidente Trump y Kim Jong-un .
La amenaza del régimen de Kim Jong-un supone un serio revés tras meses de avances diplomáticos y deshielo en la península, que se vieron reflejados especialmente en la reunión amistosa e inédita entre los dos líderes coreanos.
Ahora, no solo la cumbre con Washington está en el aire. Pionyang también ha anulado de forma indefinida los encuentros de alto nivel con Seúl, a raíz de las llamadas maniobras militares Max Thunder, que Corea del Sur y Estados Unidos están realizando de forma conjunta.
Para Corea del Norte estos ejercicios no son más que una ‘provocación malvada’ y ‘descortés’, y un entrenamiento para invadir el norte. (Euronews)
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