La campaña por la consulta popular no ha empezado oficialmente, sin embargo, el Gobierno empieza a dar muestras de cuál es su estrategia para ganarla. La más visible, la conquista de Manabí, porque representa la tercera fuerza en términos electorales.
En menos de una semana, el presidente Daniel Noboa ha estado en dos cantones, aprovechando, por ejemplo, sus fiestas locales. Arribó a Chone el 7 de marzo, ni bien llegó de Canadá, donde entregó 1,2 millones de dólares como aporte inicial para trabajos de desazolve de dos ríos de la zona. Su oferta son 11,3 millones para completar la obra.
Allí, Noboa contó que días atrás le había dicho al prefecto Leonardo Orlando que no iba a desembolsar dinero, conforme este le había pedido, hasta no estar seguro y ver personalmente que las obras se hagan. Interesante y sutil pugna entre el Primer Mandatario y la cabeza de la provincia, que es correísta.
En esa visita, Noboa resaltó el potencial agrícola de Manabí y entregó 45 cheques para los cultivos afectados. También dio 10 mil paquetes de asistencia humanitaria. Aprovechó para celebrar en esa cita la caída del riesgo país y renovar el compromiso por Chone, pues sus hijos tienen “sangre chonera”.
Este martes 12, es decir, cinco días después, estuvo en Portoviejo, donde habló de la herencia de 4.600 millones de dólares en atrasos del gobierno anterior, más una serie de calamidades que han traído inseguridad y desestabilidad (sic) política, judicial y emocional.
Y en un tono más de candidato en campaña emuló la frase del correísmo, en el sentido de que su venganza con los gobiernos anteriores que destruyeron el país y a Manabí “serán las obras”, porque la suya es una administración “que tiene el poder, la voluntad y las ganas de hacer las cosas”.
De Manabí habló de los “ríos cristalinos, de cerros, arroz, cacao, plátano y de sus mujeres guapas”.Y sin dejar de mencionar que con el prefecto Orlando tiene coincidencias y diferencias, dijo que es partícipe de que la vialidad debe manejarse en conjunto con los gobiernos locales.
Con una cúpula evidentemente golpeada por los escándalos de mafia y corrupción judicial, el correísmo, con Orlando y Luisa González a la cabeza, tendrán más presión a la hora de enfrentar a un Noboa popular y, sobre todo que, a diferencia de Guillermo Lasso y Lenín Moreno, sabe cómo llegar a ese votante que por su peso en el padrón hace ganar consultas y pone presidentes.