ESCALOFRIANTE | Profanaron una tumba y se llevaron la cabeza de un cuerpo

Extra.- Bertha Landeta no podía creer que el cadáver de su madre María Iza estuvo a punto de ser robado del cementerio de Aloasí, parroquia del cantón Mejía, al sur de Quito.

Este 14 de junio del 2013 la mujer visitó la tumba de su ser querido, quien murió en 2021 a los 86 años, y que fue profanada por delincuentes la mañana del lunes. “Tuvo problemas en la vesícula y con el tiempo le dio cáncer”, relató Bertha mientras miraba desconsolada el vidrio roto que protegía la lápida.

Este es el segundo hecho. Hace poco más de seis años hubo gente que llegó para destrozar las tumbas.

La noticia de que unos delincuentes profanaron tres nichos de aquel cementerio le llegó a través de un hermano. A él lo llamaron y le contaron lo que había pasado. “Me dijo que sacaron un cadáver y se le llevaron la cabeza”, precisó la mujer.

Pero no sabía si el cuerpo era el de su madre, que está sepultado en la misma bóveda en la que reposa Carlos Landeta, fallecido en 2018, esposo de la difunta.

Bebé muerto

¿Cómo ocurrió todo? Ricardo Mite, teniente político de Aloasí, detalló que esto pudo darse durante la madrugada del 12 de junio, cuando el cementerio está desolado. “El cuidador labora hasta las seis de la tarde, todos los días”, precisó.

Y fue el panteonero que se percató de lo que sucedió cuando ingresó a trabajar. A decir de Mite, el primer nicho que destrozaron fue en el que estaba el cofre de un bebé.

“Por lo visto, eso no les interesó y fueron a la tumba de la señora Iza”, indicó el funcionario. Sin embargo, tampoco lograron abrirla y corrieron hasta el tercer nicho.

Decapitado

Allí rompieron dos tumbas, pero estaban vacías, así que atacaron una que estaba en la parte baja y se sacaron el cadáver de un hombre fallecido en 2022.

Pero como no pudieron llevarse todo el cuerpo decidieron cortarle la cabeza y robarla. El cuidador halló los restos en el piso y de inmediato comunicó a sus superiores.

La Policía indaga, aunque los responsables no han aparecido. “Pedimos que pongan vigilancia y se haga justicia. Esto puede repetirse y no estaremos tranquilas”, indicó Bertha acompañada de su hermana Ana, ambas indignadas, pero aliviadas porque su madre quedó intacta.

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