Diario Extra.- La imagen que tantas veces vio en sus diferentes procedimientos como policía, el sargento Edison Salcedo la vivió con sus hijos.
El martes 27 de diciembre de 2022 difícilmente se borrará de su mente. Ese día vio morir a su pequeño hijo y cómo aislaban al otro por un juego mortal.
Salcedo tenía todo listo para su ‘franco’ (días libres) por fin de año, pues trabajó en el feriado de Navidad. A eso de las 20:00 fue a su casa para ver a sus tres hijos: una adolescente de 14 años y dos niños de 13 y 10 años, y los llevó hasta la Policía Judicial de Guaranda, provincia de Bolívar.
El uniformado tenía planeado quemar el monigote junto a sus compañeros y terminar el relevo de turno.
Los chicos jugaban en el patio de la PJ, mientras realizaban los preparativos para la quema del ‘viejo’. Todo estaba bien hasta las 23:30, cuando el sargento escuchó un grito de auxilio de su hijo de 13 años.
Al llegar hasta su vehículo vio a su retoño de 10 años agonizante. Lo abrazó y entre sollozos le pedía que no lo deje. Cuando llegaron los paramédicos, el niño había fallecido.
UTILIZARON PRENDAS DE PAPÁ
Los menores de edad primero correteaban, pero al ver las herramientas de trabajo de su padre en el carro las habrían utilizado.
El fiscal Jorge Rea dijo que cuando realizó el levantamiento, el pequeño tenía colocado el chaleco antibalas.
Según el reporte policial, cuando el más pequeño salió a la carrera para que su hermano lo persiga, el adolescente al tocar el arma para dejarla en el carro, esta se disparó.
El menor implicado dijo a los policías de la Unidad de Delitos Contra la Vida (Dinased) que pensó que el arma estaba descargada.
La bala impactó en el brazo derecho del hermano y le cegó la vida a los pocos minutos.
El adolescente pidió ayuda a gritos, pero después quedó asustado. En medio de los juegos, perdió a su hermano.
MENOR AISLADO
El fiscal ordenó que el cadáver sea trasladado al Centro Forense de Ambato y que el ñaño sea aislado por el delito de homicidio. El caso está en investigación.
El sargento ahora carga en su corazón un doble dolor. Los planes y sueños que tenía con sus hijos se desmoronaron. (YIE)