Alta tensión y conmoción social sigue causando el video de la modelo y exintegrante de un grupo de tecnocumbia, Luisa Espinoza, en el que se la aprecia dentro de un carro disfrazada de Mamá Noela.
Ella charla con estudiantes de una unidad educativa fiscal de Guayaquil, se levanta la blusa, expone sus senos, ellos los frotan y terminan con chupetes y otras golosinas.
Vestirse de esta figura navideña simbolizaría obsequios, en este caso habría un intercambio de placer, indica el psicólogo clínico Luis Siguencia.
“Esta Mamá Noela da un regalo a quien la toque, ese sería el obsequio de ella. Daría premios a quien se ‘porta bien’ y en este caso sería el que le frote sus senos. Ella tiene una personalidad de perversión”, dice el experto en salud mental.
De 10 a 13 años de cárcel
Pero el caramelo podría volverse amargo legalmente, así lo afirma el abogado y catedrático Giancarlo Almeida, quien sostiene que el hecho se adecuaría en el tipo penal previsto en el Art. 104 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), la comercialización de pornografía con utilización de niñas, niños y adolescentes. Sin descartar el delito de pornografía infantil y podría ser sancionada con cárcel de 13 a 16 años.
“La persona que publicite, compre, posea, porte, transmita, descargue, almacene, importe, exporte o venda, por cualquier medio, para uso personal o para intercambio pornografía de niños, niñas y adolescentes, será sancionada con pena privativa de libertad de 10 a 13 años”, cita el artículo 104.
Ministerio de Educación activó el Protocolo de Prevención de Hechos de Violencia en plantel y brinda contención emocional al estudiantado.
Respecto a la sentencia de la Corte Constitucional en la cual se dice que mayores de 14 años pueden consentir actos de naturaleza sexual, Almeida señala que la sanción no va hacia los alumnos, sino al adulto que usa pornografía de menores.
Para el doctor Antonio Gagliardo, exfiscal provincial del Guayas, la Fiscalía actúa de oficio cuando a través de los medios de comunicación o redes sociales detecta el presunto cometimiento de un delito y es obligación investigarlo, para más adelante ver si lo archiva o inicia instrucción fiscal, luego presenta cargos de acusación a esa persona, en este caso pornografía infantil.
Sigue el jueguito…
Luego del video con los estudiantes, Espinoza, en un en vivo de Instagram (IG), habló de una foto que publicó en sus historias de IG (la cual borró). En la imagen, supuestamente, la detienen en una UPC.
En el video dice que lo hizo para que la gente dijera: “Al fin hicimos justicia, Luisa se fue a la cárcel”. No mi amor, estoy en mi casita… quise provocar”, mencionó.
Para el sociólogo Juan Salazar, ella sigue el juego. “Las masas que mueven las redes son un negocio, ahora hay más usuarios (detractores y seguidores) enganchados e interacciones. Quien gana es ella alimentando un negocio lucrativo. Y una posibilidad es que con esto, adolescentes consuman sus contenidos”, indicó.
“La parte moral no será el freno”
“En el mundo digital rigen las mismas leyes que en el presencial. Estamos en la ‘economía de la atención’ y existen plataformas que pueden cambiarle la vida a cualquiera, sin saber leer ni escribir. Ante tal desesperación por poder ser reconocido, haciendo dinero fácil, la gente hace retos, piruetas y maromas, incluso atentando contra sus propias vidas, las de sus acompañantes y seguidores. Todo por llamar la atención de los demás y esos algoritmos de las redes se muevan a su favor y cuenten con la viralización de sus videos o anuncios. ¿Cuándo es suficiente? La parte moral no será el freno, solo las leyes que rigen en cada país podrán parar excesos que rayen en lo extraordinario”, explica Carlos Zúñiga, experto en estrategias digitales.
“Hemos visto con asombro cómo una actriz subió en sus redes cómo incitaba a menores para que la tocasen de manera morbosa para poder incentivarlos a acceder a su dirección OnlyFans, plataforma XXX y que llegan a generar sumas millonarias para quienes están asociados con ellas”.