Bingos, rifas, venta de comida, kermeses, son entre otras las actividades de autogestión que realizan la comunidad y párrocos para recuperar templos afectados por el terremoto del 16 de abril de 2016.
Sucede en Tarqui y La Dolorosa en Manta. María Barrezueta, vocal del comité “Tarqui Vive”, es una de las más motivadas en que la iglesia El Rosario sea reconstruida, por ello apoya estas iniciativas. Una de las próximas actividades es un festival de comida.
“Esa iglesia -demolida después del sismo-, era el centro de acopio para que en comunidad nos reuniéramos”. Luego del terremoto las celebraciones litúrgicas se trasladaron a la iglesia San Pedro y San Pablo en el barrio Lazareto.
El párroco Francisco Gómez indicó que este proyecto sería considerado por el Comité de Reconstrucción, pero no con el presupuesto total.
padre Luis Mosquera, director de la Comunidad Salesiana, indicó que el diseño de la obra con todos los estudios fue presentado al Gobierno local y aprobado; el presupuesto referencial supera los $ 600.000.
Afirmó que las actividades y donaciones han generado más de $ 20.000, “pero eso es una cantidad mínima para empezar”. Ramón Cevallos, morador de Tarqui, dijo que él tiene 70 años viviendo en la zona y ya esa iglesia existía, por lo cual sería importante edificarla nuevamente.
En el barrio La Dolorosa también hay el interés por recuperar la estructura. Víctor Flores, dirigente del sector, señaló que hace dos semanas inició su refaccionamiento, cuya obra ascendería a $ 140.000.
La Arquidiócesis apoya con recursos de autogestión. Faltaría la contraparte de $ 40.000, de la que se encargaría la comunidad. (El Telégrafo)
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