Lenín Moreno es un Correa con “cara amable”, dice Guillermo Lasso

El líder de la oposición y dos veces candidato presidencial en Ecuador, Guillermo Lasso, censura que el proyecto político y económico del actual mandatario, Lenín Moreno, es igual al de su antecesor, Rafael Correa, pero “con cara amable”.

“El Ecuador lleva gobernado por (el partido oficialista de izquierdas) Alianza País los últimos once años, primero con la cara prepotente de Correa, y luego con la cara amable de Lenín Moreno“, manifestó Lasso en entrevista con Efe en su despacho de Guayaquil.

De 62 años, empresario y en dos ocasiones aspirante a la Presidencia ecuatoriana en 2013 y 2017, Lasso no descarta concurrir una vez más como líder después de que en la última ocasión el Consejo Nacional Electoral, controlado por el correísmo, proclamara ganador a Moreno alegando una diferencia de cerca de 230.000 votos en segunda vuelta, resultado que impugnó bajo sospechas de fraude.

Pese a que la oposición en Ecuador parece haber quedado silenciada después de que en mayo de 2017 Moreno asumiera funciones con un talante dialogante y sin el espíritu de confrontación de su predecesor, el dirigente del grupo opositor CREO, considera que “luego de la década de Correa hay una impresión de cambio, que hemos llegado a un oasis o paraíso”.

Pero afirma que nada más lejos de la realidad y recurre a un proverbio popular para señalar que “en el fondo, es la misma jeringa con distinto bitoque, el mismo modelo económico, es el mismo proyecto totalitario“.

Como ejemplo, subraya que pese a que el Ejecutivo “dice de boca para fuera” que va a reformar la Ley de Comunicación, que data de 2013 y es considera por gremios y organizaciones defensoras de la libertad de prensa una legislación mordaza, en la práctica no ha habido ningún resultado.

“Pasa un año y medio en el Gobierno y ahí sigue la Ley de Comunicación, como una pistola encima de la mesa, como símbolo de amenaza a la libertad de expresión en el Ecuador”, incide.

El presidente ecuatoriano ha manifestado recientemente que se han introducido 80 enmiendas para reformar la legislación y que se encuentra bajo trámite parlamentario.

Sin embargo, la oposición, al igual que los organismos internacionales llaman a que sea abolida definitivamente.

Lasso sigue reclamando asimismo que en las dos vueltas electorales de 2017 hubo fraude y una desinformación intencionada tras la cual se dieron a conocer una cantidad de votos nulos que ninguna encuesta a pie de urna recogía y dieron la victoria al actual presidente.

“Aquí sucedió lo mismo que en Venezuela, un apagón electoral de más de una hora en la que no tuvimos información y cuando se prende los resultados habían cambiado notablemente”, asegura en relación a unas denuncias que prefiere dejar atrás: “Quedarán en el plano político, pero la historia se encargará de juzgarlos”.

Por ello, arguye que el sucesor de Correa “debió legitimarse ante la gran duda de fraude a través de una consulta popular” y así el 4 de febrero pasado se celebró el plebiscito que contenía una de las promesas de campaña de Lasso, que era impedir la reelección indefinida de autoridades.

“Era una propuesta nuestra”, insiste Lasso, para quien Moreno “continúa manejando la economía con la misma fórmula de Correa”.

En este sentido critica que en el primer año de Gobierno “ha endeudado al país en 10.000 millones de dólares” y que hay un “descontrol” del gasto público.

También censura que en este primer año de gestión “se han destruido 161.000 empleos adecuados” y propone un nuevo modelo que tenga en cuenta las necesidades básicas de la población, pero que al mismo tiempo permita a la empresa privada impulsar la economía.

Explica que su bloque parlamentario, que agrupa a 22 de los 137 legisladores de la Cámara, se ha abstenido de votar a favor de la nueva ley de fomento productivo, al considerar que no blinda el déficit fiscal ni el gasto público, “para impedir que futuros gobiernos vuelvan a cometer los errores de seguir gastando más allá de lo debido”.

En política exterior Lasso cuestiona con contundencia lo que considera “una doble posición” respecto a la situación en Venezuela.

“Le transmití al presidente que no puede existir un solo preso político. O hay democracia o no existe y así lo han denunciado algunos países de la región”, aclara.

“Aspiraría a ver una posición más clara”, insiste sobre la ausencia de una condena firme de Quito al régimen de Nicolás Maduro.

Revela que el único contacto mantenido con Moreno desde que ejerce la Presidencia fue una llamada de agradecimiento a raíz del apoyo que le prestó al considerar la inseguridad en la frontera con Colombia tras una serie de atentados y secuestros de ecuatorianos “una cuestión de Estado”.

“Ellos no dialogan, ni en la Asamblea, ni a nivel de Gobierno. No hay absolutamente ningún diálogo”, concluye.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *