No estaba muerto, simplemente dormía. Un hombre de unos 35 años de edad, que vestía un traje de bioseguridad color blanco y a quien se le atribuye ser adicto al alcohol, se había quedado ‘ruco’ en el piso y junto a un cajero automático de la bomba de gasolina de Narancay, al sur de Cuenca.
Los vecinos, entre el miedo y el susto, creyeron que el hombre había muerto a consecuencia del covid-19. El hecho se registró la mañana de este lunes 27 de abril cuando, a través de las redes sociales, se indicaba del hallazgo de un cadáver y pedían la presencia de la Policía.
Los uniformados, al llegar al sitio, incluso acordonaron la zona con cintas de esas que se colocan en las escenas de muertes y crímenes.
Así pasaron un par de horas, ya que los policías ni siquiera se acercaron al cuerpo para confirmar si el hombre respiraba o no, hasta que una ambulancia del Ministerio de Salud llegó al sitio y fueron los paramédicos quienes confirmaron que el ciudadano simplemente dormía por su borrachera.
El paciente presentaba hipotermia y, de acuerdo al dato entregado por uno de los amigos, se trata de un hombre alcohólico. Así la tranquilidad retornó al barrio, mientras el paciente fue llevado al hospital Vicente Corral Moscoso para su recuperación. A renglón seguido, fue la Gobernación del Azuay que colocó en su cuenta de Twitter, que el hallazgo de un hombre muerto era falso. (Extra)
¡ATENCIÓN!
Tras coordinación con @PoliciaEcuador #Azuay se da a conocer que un ciudadano de aproximadamente 36 años que usaba traje de bioseguridad, aparentemente con problemas de alcoholismo estaba DORMIDO en el sector de Narancay #Cuenca.
NO se trata de un cuerpo sin vida. pic.twitter.com/f4W86ezhOe— Gobernación del Azuay (@goberazuay) April 27, 2020