Mujeres cortan hasta en tres pedazos las toallas sanitarias por la pobreza menstrual

Anualmente, una ecuatoriana puede gastar un promedio de $42 en toallas sanitarias. Los costos pueden aumentar (por el número de toallas usadas, marca y calidad) y también si se requieren otros insumos como pastillas para los cólicos. Así lo detalla un estudio de la fundación Friedrich-Ebert-Stiftung de Alemania.

Esto representa “un costo alto especialmente en aquellas familias con ingresos básicos y en las que hay más de dos mujeres”, detalla Plan Internacional Ecuador.

A esas limitaciones se las conoce como pobreza menstrual y en el país existen pocos datos sobre el impacto en distintos ámbitos de la vida de una mujer. Por eso, Lilibeth Acuña, estudiante universitaria, inició el proyecto ‘100 Preguntas Rojas’, con el que se recopila datos y se generan campañas para llegar con kits de gestión menstrual sustentable a niñas de bajos recursos.

Cortar una toalla en tres

Acuña detalla que ha recogido testimonios de mujeres que, al no contar con recursos para una menstruación digna, empiezan a racionalizar. “Cortan una toalla sanitaria y con el algodón se hacen tres tampones y esto no es indicado para introducirse en el canal vaginal, lo que hace que se queden residuos y provoquen infecciones”, detalla.

Tania vive en Manabí y tiene tres hijas de 19, 15 y 10 años. “Yo soy viuda, no tengo para comprarles las toallas y a veces yo les pongo trapitos”, dice.

También usar una toalla o tampón, por más tiempo de lo indicado (entre tres o cuatros horas dependiendo del flujo), causa infecciones vaginales o irritaciones en la piel.

Impacto en la vida educativa

En Ecuador no existen datos sobre el impacto de la menstruación y la educación, pero Acuña estima que la realidad es similar a la que se vive en otros países.

Por ejemplo, Unicef detalla que el 43% de las alumnas prefieren no ir a la escuela durante su periodo, por falta de infraestructura (escuelas con agua potable) o por no contar con toallas sanitarias.

En India, el absentismo en escuelas de niñas de entre 11 y 17 años alcanzó el 41%.

Acuña dice que a las niñas a las que se les pone “trapitos”, como se les llama en Manabí, donde inició su estudio, se sienten incómodas y con temor a mancharse, lo que hace que no quieran salir de casa, ni ir a la escuela o colegio.

Estas vivencias crean inseguridad y vergüenza en las niñas, lo que aumenta el tabú social en torno a la menstruación.

Ley de higiene menstrual

La asambleísta Johanna Moreira impulsa la Ley de Salud e Higiene Menstrual que propone el acceso a una menstruación digna y equitativa en condiciones.

El 9 de mayo de 2022, pasó el primer debate en el que se destacó que es una ley que se aplicará en todo el país y beneficiará a mujeresniñasadolescentes y personas menstruantes (transgénero, intersex y no binarias) estos productos, de forma gratuita,  en unidades educativas, universidades públicas, centros, subcentros de salud y  cárceles donde deberá haber permanente productos como toallas higiénicas o tampones.

En los centros de salud existe una acción similar, es el caso de métodos anticonceptivos y de emergencia (pastilla del día después), a la que cualquier ciudadano puede acceder.

La Ley también determina que durante episodios de emergencia, como terremotos, se incluya en los kits humanitarios estos insumos. Durante la pandemia por COVID-19 LA HORA mostró cómo los kits de aseo entregados por instituciones del Gobierno central y seccionales no contenían toallas sanitarias o pañales.

Kits de menstruación sostenible

‘100 Preguntas Rojas’ es un proyecto que responde preguntas sobre menstruación, a través de sus redes sociales. También impulsa una campaña para entregar kits de menstruación sustentable que contienen tres panties menstruales, un producto reutilizable con duración de hasta 4 años.

 Acuña dice que esta es una buena opción para poblaciones donde hay falta de acceso al agua potable, como es el caso de las 100 niñas beneficiarias de estos kits.

La menores están en las comunidades Jama Centro y Las Palmitas (Manabí) y que aún viven repercusiones del terremoto de abril de 2021: viven en hogares provisionales o asisten a colegios improvisados construidos tras el terremoto, donde la infraestructura sanitaria es escasa “baños tipo letrina, baños sin conexión a agua potable, y/o baños carentes en privacidad”, señala Acuña.

4,4 millones de mujeres existen en Ecuador en edad fértil 
Desde diciembre de 2021 los productos de higiene femenina y los pañales ya no pagan IVA.
Una mujer que no cambie a tiempo su toalla, tampón o use productos inadecuados corre el riesgo de sufrir infecciones y hasta síndrome del choque tóxico, que puede ser mortal.

“Las niñas cuando están utilizando ‘trapitos’ (en lugar de toallas sanitarias), no se sienten confiadas de salir de casa y eso se relaciona con la escolaridad. La niña va a preferir no ir”

(Tomado de Diario La Hora)

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