La agrupación Son Montuvio encontró en la música y la danza otra forma de rescatar las tradiciones del pueblo manabita. Desde el 2013, cuando apenas eran un dúo, Eduardo Mendoza y Víctor García fueron recopilando algunas estrofas de conocidos amorfinos que con el paso de los años se hicieron canciones.
Mendoza y García, los fundadores de Son Montuvio, cultivan esa tradición desde muy jóvenes cuando descubrieron que las manifestaciones montuvias recogen un pasado ancestral poco aprovechado.
En su infancia, sus padres los incentivaban a escuchar los versos que daban vida a los amorfinos. Y así crecieron hasta que de jóvenes decidieron involucrarse en la música y el arte para hacer realidad la idea de mantener las tradición oral del montuvio. Eduardo Mendoza estudió educación artística en la Universidad Técnica de Manabí, mientras que Víctor García se inclinó por la pedagogía musical.
Juntos empezaron a escribir los amorfinos que ahora son parte del repertorio del grupo.
Mendoza señala que en casi tres décadas el montuvio ha sido impulsado como sujeto. Y para él eso conllevó a que se generen estereotipos y mofas.
Define esto como un concepto escaso de la cultura montuvia y por eso su propuesta busca darle otro giro a esa idea. Las canciones de Son Montuvio, que en la actualidad está integrado por otros cuatro jóvenes, no dejan de lado esa esencia romántica del amorfino tradicional.
Diosa, dulce amorfino y contrapunto de amor son parte del repertorio de este conjunto de la capital manabita.
En la última canción se pone en escena el desafío en la tradición oral entre un verso de un hombre y una mujer.
Otro de los cantos del grupo y que llama la atención de sus seguidores habla de lo orgulloso que es ser de este pueblo.
“Cuando me llaman montuvio, tu no me ofendes mi vida, porque montuvio yo soy, dice una de las estrofas.
Eduardo Mendoza, quien también es el director general, dice que así como sus padres le inculcaron este arte lo quiere replicar en su hija Dania.
La niña de a poco se familiariza con más canciones. De hecho junto a su padre canta Tu Balcón, una canción inédita que fue presentada hace 11 meses. En las interpretaciones resaltan los requintos.
Darlin Marcillo, de 16 años, hace música desde los 8 con guitarra. Lo aprendió de su padre que le enseñó a afinar los acordes. Luego ese gusto lo llevó a inscribirse en cursos vacacionales en donde conoció la trayectoria de Son Montuvio.
Los jóvenes tratan de mantener la vestimenta tradicional que complementa el sentido de sus canciones.
Utilizan la tradicional camisa de tela mangas largas y el sombrero de paja toquilla que identifica al montuvio. (El Comercio)