Por: Ramiro Borja Gallegos
El pueblo ve asombrado como se ha convocado a elecciones en la penitenciaria. Unos dudan que sea cierto, otros comentan, cuáles serán los resultados de tal proceso electoral, que es inédito en cualquier parte del mundo.
Como acto preparatorio, se convocó a una asamblea general, y para constancia se llamó a los presidiarios así: narcotraficante, estruchante, narcolavador, cantante, bailarina de cabaret, bigotes, financista, estafador, chulquero, prostituta, enano de bonsay, fumón, cocainómano, rata, borrego, homosexual, etc., un señor que pasaba por ahí, pregunta ¿Por qué esos insultos?, y le contestan, que no son insultos, que están tomando lista.
En dicha Asamblea, se nombró un tribunal electoral que calificó las listas con sus respectivos candidatos a Presidente. Calificación normal, todos reunían las cualidades y requisitos para tal cargo.
Luego se reunieron cuatro o cinco jefes de las bandas de malhechores y decidieron quién tenía que ser el Presidente. Resolución que fue comunicada al tribunal electoral, para que anunciara tal elección en cuanto se realicen los comicios electorales, sin importar los resultados de los votos sufragados.
El Pueblo, las Fuerzas Armadas y la Policía constataron lo que pasó en la penitenciaria. Se sentían impotentes para realizar una acción. Aceptaron. No hubo reclamos. Vieron impávidos como se entregaba la prisión a un grupo minoritario de delincuentes que no gozaba del respaldo de la población carcelaria.
Nunca hay que bajar los brazos. Nunca hay que bajar la cabeza. Hay que estar siempre vigilantes ante las duras pruebas que nos impone Nuestra Patria. Debemos luchar por el Bien, la Verdad y la Justicia.
No es la política la que hace a un candidato convertirse en ladrón, es tu voto el que hace a un ladrón convertirse en político.
SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO.
Enrique Jardiel Poncela, expresó: “Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian de programa.”