El 25 de mayo del 2017 en el agro se despertó una gran expectativa, por el plan de trabajo para nuestro sector por el entrante Gobierno, el plan contemplaba agradables e interesantes propuestas de las que se beneficiaría todo el sector agropecuario, una verdadera propuesta social y productiva basada en la práctica ancestral de la minga, promesa de elevar productividad y rentabilidad para el pequeño Productor.
Ya vamos por dos Ministros de Agricultura, en este año de gobierno, puestos por el mismo presidente de la República mediante decreto ejecutivo. La primera solo se ocupó de reuniones y recibir propuestas de los diferentes sectores y en corto tiempo fue relevada por un segundo Ministro.
Actual Ministro con mucho tiempo en la función pública y títulos académicos, hasta ahora ha logrado con sus conceptos dogmáticos y muy poco conocimiento de la realidad del agro, dividir al sector agropecuario con clientelismos, bajar los volúmenes de producción necesarios para cubrir demanda local por falta de políticas agropecuarias, tácitamente bajar los precios de algunas materias primas agrícolas con acuerdos ministeriales como la trágica “franja de precios”, escándalos de pagos por compra de cargos de ministerios dicho por el mismo, y lo peor estregarse de manera genuflexa a los caprichos financieros de la letal intermediación de algunos industriales.
En el corazón de la Cuenca Baja del Guayas, sector arrocero y ganadero por antonomasia, se iniciaron reuniones de trabajo, levantamiento de propuestas, acercamientos a las autoridades del organismo rector de la producción agropecuaria del país, viajes a la capital para cumplir con agendas de trabajo cambiadas a última hora por asesores ministeriales, exposiciones en pleno de Asamblea Legislativa, luego de paciente espera por respuestas; combativos líderes montubios iniciaron protestas pacíficas en la vías y carreras de la Costa, llegando algunos de ellos a ser violentamente agredidos por la fuerza pública y encarcelados, por el simple hecho expresar su descontento por la quiebra de su actividad económica, lucha que denominé “La revolución del arroz” . De manera increíble los que proveen de alimentos a las ciudades, materias primas para la industria, productos de exportación, generación de puestos de trabajo, aceleración de la economía, activación del comercio, participación en Producto Interno Bruto (PIB) han sido relegados y minimizados en este año.
Las organizaciones agropecuarias serias, en vista de la crisis del sector, ya han venido sugiriendo cambio de Ministro de Agricultura y de todo su equipo de trabajo, en donde sus primeras acciones sea derogar las resoluciones ministeriales de “franja de precios” , apoyar y pedir a la Asamblea Nacional la reactivación crediticia del sector agropecuario y reordenamiento de un cuerpo legal o Ley Agraria, agresivo plan de comercialización de productos agropecuarios, aplicación de normas de comercio justo entre organizaciones, impulsar el agroturismo, reactivar la agroindustria asociativa para que las organizaciones se vuelvan exportadoras y proveedoras de servicios; para así elevar el standard económico de los productores por ende del país
Lo más importante, que el nuevo Ministro de Agricultura conozca la realidad del agro, haya tenido trayectoria en la función pública, trayectoria en gremios de producción agropecuaria y tenga la humildad de acercarse a las organizaciones para trabajar en conjunto. Sin campesinos no hay revolución.