Haití, el país más pobre de América, volvió a sufrir el embate de la naturaleza tras el sismo de magnitud 5,9 del sábado, que, según datos oficiales divulgados ayer, causó 15 muertos y 333 heridos.
El temor a que se produzcan nuevos temblores ha llevado a muchas personas a dormir en carpas en las entradas de sus hogares, sobretodo en localidades como Port-de-Paix, en la costa noroeste, una de las zonas más afectadas por el terremoto y de las más pobres del país.
El último informe de Protección Civil indica que 7 mil casas resultaron destruidas por el terremoto, cuyo epicentro se registró frente a la costa noroeste, 20 kilómetros al norte de Port-de-Paix y a 175 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe, a una profundidad de 15,3 kilómetros, y al que han seguido varias réplicas, unas de ellas de magnitud 5,2.
La precariedad de los hospitales afecta la atención a los heridos por el terremoto, que ha revivido el horror causado por el sismo del 2010 de magnitud 7, que causó más de 300 milmuertos, un número similar de heridos y unos 1,5 millones de damnificados en ese país.