Pacientes con enfermedades catastróficas sufren su propio calvario

Sus vidas están contra reloj sin acceder a sus tratamientos. Han sufrido alejados las partidas de sus amigos y compañeros de guerra, aquellos que se enfrentaron a enfermedades catastróficas pero sin la atención adecuada en esta crisis sanitaria y ya no pudieron más. Ahora estos pacientes buscan que centros y hospitales vean opciones de atención y provisión de medicamentos para seguir peleando contra sus males.

Una de esas guerreras es Francisca Reinoso, paciente oncológica de 65 años. Ella perdió a su esposo y a su hermana hace un mes. Pese a su profundo dolor, busca atención por su salud y la de los más de 100 pacientes que integran su Fundación Esperanza y Vida.

“Días previos a la cuarentena fui al Teodoro Maldonado con mascarilla. Me hicieron eco pélvico, de mamas, del hígado, y un sinnúmero de exámenes. Pero me quedé en las mismas porque no sé los resultados. Ahora estoy gestionando una consulta por telemedicina para poder continuar con mi tratamiento”, explica la mujer, quien ya se sometió a dos cirugías previas por vencer al cáncer.

Otra de las perjudicadas es Sonia, de 40 años. Ella reside en Quevedo, en Los Ríos, y desde hace seis meses viajaba ida y vuelta hacia Guayaquil para el tratamiento del cáncer de útero que le diagnosticaron.

Ahora cuenta los días en su casa para retomar las quimioterapias que están suspendidas en el hospital Abel Gilbert Pontón de Guayaquil.

Ella cuenta que sus citas de abril y mayo tuvo que suspenderlas, ya que no cuenta con el documento que emite el hospital para poder movilizarse en este estado de emergencia de una provincia a otra; y lo más importante, no tiene el dinero para costear los viajes.

Otro caso similar vive Matilde C., de 83 años, residente de Manta, Manabí. Su nieto, Simón Moreira, explica que desde hace ocho años ellos han lidiado con viajes a Guayaquil. Allí se sometió a una operación, consultas, compra de recetas, exámenes, tratamientos.

Él agrega que la siguiente revisión debía hacérsela a inicios de abril pasado, pero en Solca Guayaquil le habrían sugerido que no viajara debido a la grave crisis sanitaria por el virus.

Sus hijos le dan todos los cuidados y le suministran las medicinas que le fueron guiadas en su última cita a fines de año.

Matilde en los últimos días comenzó a tener problemas respiratorios, se le duermen las piernas, entre otros.

“Qué motivará esos cambios en su metabolismo es incierto para nosotros, por eso queremos una valoración médica urgente”, indica Moreira. Un pedido de respuesta de este Diario al IESS no tuvo eco. (I)

Más pacientes renales son derivados del MSP a centros todavía impagos

Decenas de nuevos pacientes derivados del Ministerio de Salud (MSP) acuden a centros de diálisis para recibir tratamiento de insuficiencia renal pese a que estos aún se encuentran impagos y sin insumos.

Cristina Freire, vocera de los centros de diálisis, explicó que los centros no pueden recibir a más pacientes ya que no les han pagado lo ya facturado y lo que está por facturar. La deuda es de $9 millones de octubre del 2019 a marzo del 2020.

En días anteriores cancelaron los meses de julio, agosto y septiembre del año pasado.

“En Santo Domingo ya dieron el plazo de 15 días para suspender la atención a unos 300 pacientes que necesitan dializarse. Es muy complicado atender si no hay recursos para comprar insumos, pagar al personal y servicios. Las deudas son muy grandes. Tenemos muchos retrasos, lo que necesitamos es que se cancele la deuda, se pongan al día con urgencia”, explicó la vocera.

Añadió que ante esto también hay mucha tristeza ya que 300 pacientes han fallecido solo en abril, porque no han logrado acceder al tratamiento o porque se han enfermado de coronavirus.

Añadió que en estos centros de diálisis actualmente existe más del 60 % de ausentismo laboral, ya que más de 150 empleados, entre enfermeras y médicos, están contagiados de coronavirus.

“Quienes no tienen el virus temen contagiarse pues trabajan desprotegidos, sin recursos no se los puede dotar de los implementos de bioseguridad necesarios para evitar nuevos contagios. Además, existe descontento porque se les adeuda más de tres meses de sus sueldos”, explicó Freire.

Solo en Guayas, El Oro, Esmeraldas y Manabí son ocho unidades que están impagas.

“Instamos a la ministra de Gobierno a que se proceda con la cancelación respectiva con urgencia, pues sin recursos no se puede seguir garantizando una atención oportuna a los pacientes renales”, indicó.

Agregó que instan a las autoridades del MSP a que retome el proceso de solicitud de facturas y que se aceleren los procesos de pagos, para así continuar con la atención de los pacientes que acuden con esperanza de seguir viviendo.

Los centros que aún están impagos son Dialinter, Dialycen, Cenagsa, Surmedial, Inridi, de la Zona 8; Dyalimedical, de la Zona 7; Metrodial, Renal-Centro, de la Zona 4, entre otros, detalló Freire. (El Universo)

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