Al parque central de Manta llegan todos.
Por las mañanas los asientos suelen estar ocupados, hombres, mujeres, niños, ancianos, homosexuales, profesionales, armadores pesqueros, médicos, economistas y hasta delincuentes copan el lugar.
Unos buscan amenidad, otros dinero, sombra bajo los árboles, distracción, conversación, descanso; las razones son muchas, pero principalmente de lunes a viernes la presencia de personas en el parque es casi masiva.
Adolfo Santana, Ángel Mieles y Pascual Parrales son tres jubilados. Cuentan a ManabiNoticias.com que en este parque llegan a conversar de la política, de los amores y desamores. “Hay ocasiones en que no encontramos asiento”, cuenta don Adolfo.
Mientras que don Ángel interrumpe para contar que vio a una venezolana caerle a carteraso a un adulto mayor “yo quería llamar a la policía”, agrega.
Don Pascual señala que le gusta el ambiente del parque, el viento de los árboles, su sombra, los pájaros que aún cantan en el lugar y hasta las iguanas que se pasean de un lado a otro. Sin embargo, lamenta que el municipio no controle la venta informal que existe dentro del lugar.
La historia de este parque es tan antigua como la historia de cantonización de Manta.
El historiador Joselías Sánchez Ramos ha manifestado en distintas entrevistas con diferentes medios de comunicación que “el 8 de octubre de 1922 el pueblo de Manta se reunió en el parque central de la parroquia para escuchar al procurador, Carlos Cevallos Barreiro, para escuchar la lectura del decreto de cantonización de su ciudad”.