Periodista manabita y su familia sobrevivió al coronavirus en El_Carmen

 

Su historia:
Dos meses después de haberme contagiado junto a mi familia, quiero contar mi historia de sobrevivencia, para transmitir el mensaje que efectivamente el Coronavirus es un enemigo invisible, que ataca al menor descuido.
El 31 de marzo del 2020 mis 3 hijos (Evelyn Marbeth, Marbing y Marlon) y yo empezamos a tener diversos síntomas de salud, en un primer momento fuimos incrédulos, pero a los 3 días debimos aceptar la desagradable realidad y aislarnos en nuestra propia casa.
Los 4 estábamos infectados de coronavirus. Al llamar al 171, una recepcionista del IESS me manifestó que 3 minutos después tendría la llamada de un compañero para que me ayude en el tratamiento que debía seguir, llamada que nunca llegó.
Gracias a la gestión de la vicealcaldesa de El Carmen, Dra. Tania Mendoza, el distrito de salud me asignó un médico, que cada tarde llamaba para consultar como se encontraban los integrantes de mi familia y qué medicamentos estábamos tomando.
Aquí quiero agradecer a la Dra. Karen Carvajal Cedeño, porque se transformó en nuestro Ángel terrenal y desde la ciudad de Daule, donde ejerce su profesión médica, siguió paso a paso nuestro tratamiento y recuperación.
Dios estuvo siempre a nuestro lado, pues mi esposa Betsy Mirabá no enfermó y se transformó en la enfermera y en la “Esperancita” de quienes estábamos en cama.
Debido a que el Ministerio de Salud nunca aceptó hacernos las pruebas del Covid 19, a los 17 días acudimos a un laboratorio particular y sorpresivamente mi esposa Betsy dio positivo y al no haber mostrado síntomas, resultó ser asintomática.
Fueron momentos duros, mis hijos recuperaron entre los 15 y 20 días y yo debí esperar casi los 2 meses para que desaparezcan casi en su totalidad los síntomas o secuelas del coronavirus.
Como no reconocer los llantos y oraciones de mi madre, de mi esposa, de toda nuestra familia y amigos que conocieron la situación por la que nos tocó pasar. Gracias también a la señora María Saldarriaga, por haber cuidado por más de un mes al pequeño Mathías, lejos de casa (el único que se salvó).
Muchos querrán saber, ¿cómo se contagiaron?… y vaya que aún no encontramos respuestas, aun cuando yo y mi hija cumplimos con la normativa de seguridad en el trabajo y al regresar a casa.
Esto hace ver que con el coronavirus no se tiene que descuidar nadie, porque ataca en el menor descuido.
Hoy me atrevo a contar esta dura historia vivida en familia para reiterar el agradecimiento a Dios, a los seres queridos y amigos que de lejos o de cerca nos brindaron sus oraciones y apoyo material y moral; hoy puedo decir que mi familia es SOBREVIVIENTE del Covid 19.
La tormenta ya pasó, gracias a Dios, los momentos vividos nos han hecho cambiar nuestros planes de vida y aquí vamos, por más…
(Texto: Wilfrido Vera)

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