Por: Zully Tomalá
Entre música, danza y aromas tradicionales, que reviven memorias de la cultura manabita, encontramos a María Cledeyita Chancay de 50 años, preparando seco de gallina para los asistentes del sexto encuentro cultural realizado en la hacienda ‘Las Delicias’ en la parroquia San Plácido.
Una paila enorme emana el aroma cálido del guiso en el que las presas de gallina criolla hierven, mientras Cledeyita revuelve de vez en cuando con paciencia.
La cocinera experta indica que prepara comida típica desde hace 20 años en ese mismo lugar, donde pasó su juventud aprendiendo y perfeccionado la técnica que heredó de su progenitora que hace único a su seco de gallina.
“El refrito yo lo hago todo picadito con los aliños, el orégano de mata y yuca… ese es el toque especial”, manifiesta Cledeyita algo agitada y acolorada por la labor que realiza mientras conversa.
Vivir en el campo le ha permitido conservar la tradición de cocinar en leña, la cual ella dice, es muy fácil. “Cocinar en leña deja la comida más sabrosa”, añade sonriendo.
Y es que realmente el seco que prepara Cledeyita deja a más de uno satisfecho, llevándose los halagos de todos quienes prueban su sazón.
“Este es uno de los mejores secos que he probado, está riquísimo”, cuenta Nelly Rosado luego de degustar el seco de gallina de Cledeyita.
En Manabí, este platillo se encuentra en cada esquina, generalmente el plato se compone por un «cerro» de arroz humeante (incluído el aclamado cocolón) y una presa de gallina seleccionada por el comensal, que reposa sobre el apetecible guiso.
Como acompañantes las opciones son varias; plátano asado, maduro frito y menestras de maní o verde. La combinación de estos elementos resultan en una combinación perfecta.
La gastronomía manabita es un factor relevante que impulsa la economía y el turismo, así lo indica la Cámara Provincial de Turismo, en el 2017 la cifra de visitantes en zonas rurales fue de 60.000 personas.
Mientras que un informe del Ministerio de Turismo, del mismo año, demostró que Manabí obtuvo un total de ingresos de USD 27 961 196, por las visitas a los festivales gastronómicos.
Son este tipo de espacios que celebran la cultura, los que ayudan a preservar las tradiciones y el legado de la gastronomía manabita. Al igual que su madre, Cledeyita transmite sus conocimientos a su hija Laura, para que la receta y su sazón continuén vivas.
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