Policía admite que es difícil controlar a «Los Choneros»

El pasado miércoles los moradores de la tercera etapa de El Recreo, en Durán, se reunieron y pintaron corazones sobre al menos 20 grafitis que decían “Choneros Killer”.

Aunque la frase podría tomarse como una acusación (Chonero asesino), al traducir al español, la Policía confirmó que estos grafitis fueron dibujados la noche del domingo 2 de agosto como demostración de poder de la banda de los Choneros.

Eran al menos 30 hombres que llegaron armados al sector en motos, bicicletas y a pie. Pintaron los muros pese a que a tres cuadras está la Unidad de Vigilancia Comunitaria.

Menos de 24 horas después, dentro de la Penitenciaría, los Choneros protagonizaron una de las peores matanzas en la historia penitenciaria. Una docena de reos fueron asesinados y al menos 20 hombres resultaron heridos, entre ellos cinco uniformados. Según los reportes policiales, los Choneros atacaron a los Lagartos con armas de fuego y puñales.

El comandante general de la Policía, Patricio Carrillo, al día siguiente, en una rueda de prensa, mostró su molestia e impotencia. Dijo que jamás habían tratado con ese nivel de violencia en las cárceles; contó que los primeros uniformados que llegaron fueron recibidos a bala y aseguró estar en contra de exponer así a sus hombres.

Carrillo explicó que estas bandas se pelean en cárceles y calles espacios de economía criminal, principalmente por la venta de estupefacientes.

En cada centro carcelario del país habría líderes y eso quedó claro luego de que se difundiera el martes un video de la cárcel de Turi, en Cuenca, en el que reos de los Lobos, aliados de los Choneros, queman el monigote de un lagarto.

Hace un año, durante la emergencia carcelaria, se reubicó a 83 líderes de pabellones de máxima seguridad y en otras prisiones del país. La intención era desarticular las organizaciones, pero al parecer así se ayudó a estas mafias a extenderse y armarse más.

El comandante de la Policía aseguró que las bandas criminales cada vez suman nuevos integrantes, que es difícil controlarlas y que operarían principalmente en sur de Guayaquil, zona que fue intervenida tras el ataque en la prisión, pues se esperaba una respuesta por parte de los Lagartos.

La tarde de este viernes se dio un doble asesinato en el suburbio de Guayaquil. Las unidades aún investigan, pero se confirmó que fue un ajuste de cuentas y que las víctimas tenían antecedentes.

El coronel Patricio Armendáriz, jefe del distrito sur, indicó que en su sector se han registrado 42 muertes violentas en este 2020, 8 más que el año pasado. Agregó que desde la semana pasada se han intervenido Floresta 2, Floresta 3 y zonas del Guasmo como Unión de Bananeros. Señaló que está en marcha el plan Perla, para prevenir crímenes en la ciudad.

Esta semana arribaron a Guayaquil 200 policías de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO).

Inteligencia y las unidades de investigación de delitos como refuerzos.

Pero dentro de la prisión, ¿qué medidas se tomarán?

Carrillo aclaró que la Policía no es la encargada de la seguridad en las cárceles. Explicó que brindan apoyo en ciertos filtros, por lo que dijo que no era responsabilidad de él explicar cómo se daría el ingreso de estas armas, sino del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI), entidad encargada de las prisiones a nivel nacional.

Este organismo no respondió sobre esos cuestionamientos. Más bien la Policía dio más detalles.

Víctor Araus, comandante de Policía de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), dijo que tanto es el alcance de estas bandas que en varios operativos han descubierto que las armas son ingresadas por partes (desarmadas) en medio de los sacos de arroz y otros alimentos. Las armas usadas en el asesinato múltiple del lunes fueron halladas el viernes luego de varias requisas. Eran ocho pistolas y un fusil.

¿Y los líderes? Jorge Luis Zambrano González, alias Rasquiña JL, conocido como líder de los Choneros, salió hace dos meses de prisión luego de que una jueza le concediera seguir su condena en régimen semiabierto.

Él se graduó de abogado, pues estudió la carrera en prisión y estaría por abrir un estudio jurídico. Desde que dejó la cárcel de Cotopaxi la organización ha ganado territorio, pues el jefe de la banda de los Lagartos, alias El Gorras, falleció de COVID-19 también hace cerca de dos meses. (El Universo)

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