Uruguay transforma cárcel en centro de arte contemporáneo e historia natural

De las paredes de unas salas de dos metros de ancho por cuatro de largo, que desde 1888 hasta 1986 fueron las celdas de presos uruguayos, ahora cuelgan todo tipo de obras que van desde collages de vivos colores sobre la muerte hasta un vídeo parpadeante de un hombre dando martillazos.

Hace ocho años, uno de los cuatro radios de la prisión obtuvo una segunda vida al convertirse en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC), pero la idea es que ahora esta antigua cárcel montevideana se transforme en un centro cultural que acoja tanto obras internacionales de artistas vanguardistas como piezas que cuenten la historia natural del país austral.

Esta peculiar sinergia se dará a partir del próximo 18 julio, fecha en la que el Museo Nacional de Arte Natural (MNAN) inaugurará un espacio expositivo compartido con el EAC en el pabellón de acceso de la antigua prisión -desde donde los guardias controlaban las galerías-.

«Es un espacio que se empieza a deslumbrar como un gran centro cultural de arte y ciencia», dijo a Efe el director del Museo Nacional de Historia Natural, Javier González, quien añadió que este lugar actuará como «una caja de resonancia», algo que será beneficioso para ambas instituciones.

Con respecto a esta primera muestra, González explicó esto será un adelanto «de lo que vendrá después», pues en 2019 el MNAN pretenden asentarse en una de las alas de la prisión, y detalló que esta exposición inaugural se basará en «la evolución y la biodiversidad».

La fecha elegida para la apertura no es casualidad, ya que en «18 julio de 1938 fue cuando el museo abrió por primera vez sus puertas al público».

«En esos 180 años la institución pasó siempre por distintas sedes, ninguna propia. Esta es la primera vez que el museo se afincaría en una sede propia», añadió el experto.

Por su parte, el director del EAC, Fernando Sicco, explicó a Efe que durante la obra que realizaron en 2009 para convertir el edificio en un espacio de arte vanguardista se respetó la estructura original del penitenciario para mantener su «aura», a pesar de que el antiguo penal aún no sea de «interés patrimonial».

Con respecto a la arquitectura, el comisario detalló que el modelo panóptico del antiguo penal -compuesto por un eje central y cuatro radios- buscaba la «posibilidad de que el vigilante viera, sin ser visto y que el preso estuviera siempre bajo vigilancia o por lo menos con la idea interiorizada de que estaba siendo observado constantemente».

Asimismo, recalcó que esta es la cárcel panóptica «más antigua que se conserva en pie en América Latina en su estado original», pues las de Buenos Aires y Lima «fueron demolidas» y la de Bogotá, que también es un museo, «fue intervenida».

Razón por la que Sicco cree que esto le da al museo un atractivo turístico adicional y más teniendo en cuenta que la capital austral no dispone de muchos edificios antiguos.

«Hay un público que quizás no sea asiduo del arte en general y que viene porque el hecho de ser un antigua cárcel le despierta curiosidad», apostilló el experto.

Sicco detalló que pese a la juventud del EAC, el centro se ha «ido posicionando en la región» y ratificó su opinión al señalar que en la convocatoria de 2018 participaron «360 proyectos de 20 países además de Uruguay» interesados en exponerse en el espacio.

«Lo único que nos falta es un local de grandes proporciones, para algún tipo de instalación muy grande, que necesita otro espacio y eso lo vamos a tener en breve», concluyó haciendo referencia a la ampliación en el edificio que hará el EAC. EFE

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