El 30% de los nidos y dormideros de cóndores está en áreas protegidas

Hoy se conmemora el Día Nacional del Cóndor Andino. Entre las iniciativas a favor de su conservación está la identificación y protección de sitios donde anidan.

En agosto se realizará el segundo censo nacional del ave emblema. En el país, en los últimos cinco años, se ha marcado a 12 cóndores: nueve de ellos vuelan con rastreadores satelitales y tres lo hacen con bandas alares.

La tecnología colocada en las aves está orientada a conseguir mayor información de los dormideros y sitios en los que anidan. La importancia de ubicar estos lugares radica en implementar medidas de protección para la especie catalogada en peligro crítico de extinción de acuerdo al Libro Rojo de Aves del Ministerio del Ambiente (MAE).

Santiago Silva, director Nacional de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente (MAE), informó que a escala nacional, menos del 30% de los dormideros y nidos de cóndores se ubican en áreas protegidas por el Estado.

“La mayor parte de las áreas de alimentación o dormideros de la especie, en el 75%, se encuentra en las zonas privadas, lo que implica la urgencia de proteger al ave en estos espacios”, precisó Hernán Vargas, investigador científico del Fondo Peregrino del Grupo Cóndor.

La información proporcionada por los expertos se conoció durante el Primer Censo del Cóndor Andino efectuado en 2015.

Un nuevo censo

Tres años después, el MAE junto al Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor tienen previsto realizar un segundo censo.

La nueva estadística planificada para agosto de 2018 verificará si en el tiempo transcurrido la población del ave ha aumentado, ha disminuido o se ha mantenido.

Los últimos datos señalan que en Ecuador habitan entre 94 y 102 ejemplares silvestres. La mayoría de ellos están en las provincias de Pichincha y Azuay.

El censo se realizará en 181 puntos de observación repartidos a lo largo de 12 provincias del país y 10 Áreas Protegidas. Fausto Siavichay, técnico del Grupo de Investigación y Monitoreo del Cóndor, agregó que esa gestión tiene como objetivo continuar los estudios que determinen las tendencias poblacionales, su ecología y amenazas.

María Eulalia Pozo, viceministra del Ambiente, mencionó que, en 2009, cuando el MAE determinó el 7 de julio como el Día del Cóndor Andino, también se estableció el Grupo de Trabajo para la conservación de la especie, lo cual convocó a varias instituciones: la academia, municipios, ONG, que en la actualidad trabajan articuladamente.

Las amenazas de la especie

Silva señaló que uno de los principales peligros que enfrenta el ave emblema del país es la pérdida de su hábitat. Esto, según el veterinario de la Universidad San Francisco de Quito, Andrés Ortega, no solo reduce su espacio de vida, sino que además elimina a los animales silvestres de cuyos cadáveres se alimentan estas aves.

Agregó que la pérdida de hábitat también limita sus zonas de anidación. Según Vargas, el ave es más vulnerable en los espacios privados, porque se ha comprobado que puede atacar y matar a terneros de hasta dos meses de edad.

Esta acción hace que los ganaderos vean al cóndor como una amenaza y tomen represalias en su contra, pues para ellos perder una cabeza de ganado es una gran afectación.

Vargas trabaja en una propuesta para el MAE, con el fin de que no se erradique totalmente la presencia de ganado vacuno en las áreas protegidas, porque esto, según el investigador, obligaría a las aves a incrementar las visitas a las zonas privadas.

“Lo que les voy a plantear es que se considere una carga mínima de ganado vacuno en las áreas protegidas para proporcionar alimento a los cóndores y que no vayan a las zonas donde serían más vulnerables; o a su vez que se reintroduzcan llamas, alpacas o vicuñas al páramo para que de esa manera se garantice la disponibilidad de alimento para la especie”.

Entre las acciones de protección del ave, los cantones de Oña, Nabón, Santa Isabel en Azuay y Saraguro en Loja declararon, mediante ordenanza municipal, la conservación de 34.763,25 hectáreas para la protección del cóndor. (El Telégrafo)

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