Después del terremoto nada ha sido igual, así lo consideran varios comerciantes que tuvieron que reubicar sus locales en otros lugares de la ciudad de Portoviejo.
Holger Centeno recuerda que tenía su ferretería Centeno frente al almacén Súper Éxito, en la calle 9 de Octubre y Ricaurte, centro de la ciudad.
Tras el terremoto que afectó principalmente a esta zona de la urbe él se reubicó en la avenida Atanacio Santos donde actualmente tiene su local.
“Allá vendía hasta 500 dólares por día, aquí he llegado a vender 10 dólares. Allá vendía romanas y otros productos, aquí no vendo ni una, míreme como estamos en este momento ¡vacíos!”, contó.
Don Centeno confesó que ante la decepción de no vender nada por un tiempo se descontroló y dejó a su hijo encargado de la ferretería. “Ahora está bajo, bajo, no hay circulante”, refirió.
Diego Mendoza, otro comerciante que tiene su almacén de venta de accesorio de celulares de nombre La Playa coincide con Centeno. “Después del terremoto nada ha sido igual”, manifiesta.
Comenta que hay días buenos, días malos, pero las ventas no se comparan como las que tenían antes del terremoto.
Señaló que si comparan las ventas que tenían antes del 2016, ahora no llegan ni a la mitad, pese a ello, se mantienen con la esperanza de días mejores.
Autoridades
En anteriores entrevistas a medios de comunicación, Alba González, dirigente de los comerciantes, señaló que como Cámara de Comercio han realizado una serie de actividades para reactivar el comercio.
Por ejemplo se propuso al Servicio de Rentas Internas incentivos tributarios y créditos, ampliación del plazo para el pago de multas, intereses y recargos.
Lo malo es que pese a que hay ofertas de crédito, muchos comerciantes no pueden acceder por las deudas que mantienen con la banca, señaló María Cedeño, propietaria de un restaurante.