Científicos realizan investigación a murciélagos en varias provincias

Los murciélagos no solo se distinguen por ser los únicos mamíferos voladores, sino que también tienen uno de los mejores sistemas inmunológicos. Su capacidad para convivir con una variedad de virus en su organismo sorprende a los científicos.

El estudio de estos animales podría ayudar a detectar nuevos patógenos, antes de que aparezca un nuevo virus. Por eso, un grupo de investigadores ecuatorianos ya se encuentra en este proceso.

Aunque hasta el momento no se ha comprobado que el brote del covid-19 se originó en estos mamíferos, históricamente han sido relacionados con otras enfermedades como la rabia, el ébola y el síndrome agudo respiratorio severo (SARS).

Santiago Burneo, curador de mamíferos del Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y coordinador del Programa para la Conservación de los Murciélagos del país, explica que las primeras muestras fueron recolectadas incluso antes de conocer sobre la existencia del covid-19.

Durante los tres últimos meses del 2019, el equipo de investigadores se dedicó a obtener las muestras, tramitar los permisos y crear convenios con otras instituciones. El objetivo inicial era registrar los virus presentes en los murciélagos ecuatorianos y encontrar nuevos patógenos que puedan convertirse en posibles enfermedades zoonóticas en el futuro.

Melinda Hofmann, investigadora asociada de la PUCE y especialista en murciélagos, explica que en esta primera etapa se enfocaron en alrededor de 40 especies. Para determinar los virus presentes en sus órganos, se tomaron muestras de hígados, pulmones, riñones y cerebros. Estas fueron conservadas por un tiempo en nitrógeno líquido y después enviadas al Bernhard Noch Institute for Tropical Medicine, en Alemania.

Estos laboratorios tienen la tecnología de secuenciación masiva necesaria para identificar el genoma del virus. Hof­mann dice que los análisis preliminares revelan que no se encontró rabia en ninguna de las muestras. Los resultados finales aún no han sido publicados.

Burneo cuenta que en esta primera etapa de la investigación se obtuvieron muestras solo en Manabí, Santo Domingo, Pichincha y Loja. Además, esta vez se enfocaron en el vampiro común. Esta es una de las tres especies de murciélagos que se alimenta de sangre y la única que lo hace de animales domésticos. Al estar en contacto diario con la sangre de otros especímenes y con sus posibles patógenos, se cree que tiene un mejor sistema inmunológico que otras especies.

María Alejandra Camacho, investigadora de la PUCE, explica que este vampiro es el único que podría transmitir rabia, pero el virus no se encuentra en todos los ejemplares de esta especie. Tampoco es común que esta los afecte y, para contagiarla, deben estar en contacto directo o morder a las personas o al ganado.

“Si están en el bosque, no van a transmitir ningún virus”, dice Camacho. Actividades como la deforestación y el tráfico de especies han influido en que los humanos tengan una cercanía no común con estos animales y que se produzcan estos brotes.

La noticia de que pueden estar relacionados con el covid-19 también se ha convertido en un problema. Mediante el Programa de Conservación de los Murciélagos del Ecuador, explica Camacho, se ha trabajado por varios años para eliminar la mala fama que tienen estos mamíferos.

Con la llegada de la pandemia, el temor de las personas hacia estos animales y la falsa creencia de que pueden transmitir enfermedades directamente a los humanos han resurgido. Esto preocupa a los especialistas, ya que los murciélagos son indispensables para procesos como la dispersión de semillas, la polinización y el equilibrio de los bosques.

Hofmann cuenta que actualmente están trabajando en otro proyecto sobre los beneficios de los murciélagos. En este se evidencia el potencial que tienen estos animales para controlar las plagas de los cultivos y también para dispersar semillas.

En Ecuador, actualmente se han registrado e identificado 176 especies de murciélagos, que se distribuyen por todo el país y a distintas altitudes, y conforman el grupo más diverso de mamíferos. Burneo explica que la eficacia de su sistema inmunológico se relaciona con su baja tasa de reproducción. Al tener solo dos crías al año, la única manera de que un animal tan pequeño pueda dejar suficiente descendencia es que tenga una larga vida.

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