Tommy Monkhouse creció como un niño aislado, no hablaba con personas y la poca inseguridad que tenía hacia sí mismo lo alejó de futuras amistades. Para empeorar su situación, cada día se le complicaba más verse ante un espejo, había subido una gran cantidad de peso que ya ni siquiera se reconocía. Sin embargo, su vida cambió cuando comenzó a jugar Pókemon Go.
De acuerdo al joven inglés, siempre había sido fanático de la caricatura japonesa, tras el lanzamiento del juego a través de una aplicación un conocido le recomendó que la usara. Decidido, un día salió a recorrer las calles de Londres.
El juego lo atrapó que, los 30 minutos que le dedicaba se convirtieron en 3 horas, fue así que comenzó a bajar de peso, y el cambio fue notable. Además de perder varias libras, creó una comunidad y forjó amistades que ahora considera como su familia. Hoy el chico camina cerca de 20 kilómetros y trata de estar en cada incursión y reto que hay en el juego.
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