A penas se supo que las farmacias de Babahoyo quedaron desabastecidas de alcohol y gel antiséptico, el concejal rural de la capital riosense, Ángel Calero, salió a las calles a repartir pequeñas botella con puro (licor artesanal) en varios puntos de la urbe para así evitar la propagación del coronavirus en la ciudad, donde se originó el primer caso confirmado de COVID-19. Lo hizo a lo largo de la calle Bolívar y también en los mercados de la localidad, indicando a la ciudadanía el uso que deberían darle para mantener las manos libres de bacterias.
En un video publicado en redes sociales se puede ver la aglomeración de personas alrededor del funcionario, solicitándole una botella con aguardiente debido a la escasez de alcohol en las farmacias. La tarde del sábado Calero entregó alrededor de 300 botellas que había envasado días anteriores, para regalarlas en la clausura del Carnaval que iba a realizarse el sábado en el recinto Unión Bolivarense del proyecto Cedegé.
El evento se canceló a raíz de la prohibición de actividades que concentren una masiva afluencia de público en varios cantones de la provincia de Los Ríos. Y fue entonces que el edil decidió junto a su familia, salir a entregar el puro a todo aquel que lo necesite.
Mariana de Jesús Ortega, agradeció el gesto y mencionó que el puro no solo se puede usar en las manos, sino también para los dolores de cabeza. La dama que llegó desde la parroquia Barreiro por unas mascarillas, vio la aglomeración de personas y también se acercó al vehículo para que le obsequiaran una botella.
Calero comentó que el puro es del ‘efectivo’ directo desde los trapiches, ubicados la parroquia Moraspungo del cantón Pangua en la provincia de Cotopaxi. Un amigo se lo lleva a casa y él mismo lo envasa en las botellas que tiene la etiqueta con su nombre y eslogan ‘Calero ya llegó’. “Con este puro nos curábamos antes al frotarlo en el cuerpo con alguna hierba. También sirve para desinfectar las manos y más ahora cuando no sabemos si el virus circula en el ambiente”, declaró el concejal.
Ayer sacó dos cartones más llenos de botellas para ir a repartirlas a la parroquia La Unión donde ya le han pedido que les lleve el puro. Espera en los próximos días poder seguir ayudando a las personas, debido que a su parecer el Ministerio de Salud no ha tomado las precauciones necesarias con las últimas personas que estuvieron en contacto con la paciente portadora del virus.
En la reunión del Comité de Operaciones Emergentes cantonal el alcalde Carlos German sugirió analizar la posibilidad de declarar a Babahoyo en emergencia ante la falta de insumos de prevención. Pero el pedido quedó en la mesa a la espera de una nueva evaluación que determine si es necesario o no. Hasta ahora se contabilizan cinco sectores con cerco epidemiológico en varios puntos de la ciudad.
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