Daniel, el portovejense que busca su doctorado en medio de la “guerra” que se vive en Venezuela

Por: Nancy Vélez

Daniel Yoffre Valdivieso Solórzano, profesor de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, busca convertirse en PhD en Ciencias Humanas. En la Universidad de Zulia en Venezuela, es donde sigue su formación académica como docente universitario.

Lo hace en un momento en que el vecino país está convulsionado por la situación política, económica, social, de salud, entre otros, que caotizan a la tierra que un día fuera cuna de uno de los más grandes libertadores de América, Simón Bolívar.

En una entrevista con el periódico digital ManabiNoticias.com.ec cuenta que no es fácil el camino al doctorado.

Viernes 8 de marzo

“A las 03H35 arribo al aeropuerto Internacional Simón Bolívar y luego de una larga espera entrego el pasaporte para que realicen el check in en la aerolínea. Pasamos casi un día en el lugar de abordaje y al caer la noche nos trasladan a un hotel de Guayaquil hasta las 05h00 del día sábado”, comenta.

Ese día el vuelo hasta Caracas tenía previsto salir a las 07h45 y llegar a esa ciudad a las 09h45, sin embargo, hay retrasos y arriban a Venezuela a las 16h00. Luego un vuelo interno lo trasladaría a él y a todo el grupo de profesores hasta Maracaibo en el Estado de Zulia.

Domingo 10 de marzo

A las 13h30 el grupo con el que viaja el portovejense Daniel Valdivieso  y que incluye a docentes de Manabí, Guayas y de la provincia de Pichincha arriba a su destino. En resumen, tres días para llegar a Venezuela, desde que salió de su natal sitio Maconta, sector El Congo, parroquia rural Abdón Calderón, de Portoviejo.

Días antes de que llegara, el jueves 7 de marzo, un apagón generalizado dejó a millones de venezolanos sin electricidad. Cuando el grupo de docentes universitarios llegó se encontró con la ingrata sorpresa de que el servicio no se había restablecido en su totalidad. El calor se apodera del aeropuerto, cuyas plantas generadoras de electricidad apenas abastecen a la multitud varada.

Las preguntas surgen como polvo en época de verano: ¿Cómo se puede quedar a oscuras el país con las reservas petroleras probadas más grandes del mundo?

La respuesta incluye mala toma de decisiones, corrupción y fuga constante de ingenieros eléctricos, según expertos, aunque el Gobierno culpa al sabotaje.

El temor de desmanes, asaltos, se nota en los rostros de los veinticuatro profesionales que aspiran a obtener un título de quinto nivel en una las más prestigiosas universidades de Venezuela. “Allí me encuentro incluido, unas veces durmiendo en el frío y oscuro piso del aeropuerto de Maiquetía, en otras, caminando largos tramos para conseguir alimentos, agua, etc», indica.

“La espera es tediosa y la información tiene imprecisiones porque vienen de comentarios que los ajustan a ciertos intereses quién sabe de qué naturaleza. La comunicación a través de los celulares es casi nula, al no haber energía las antenas no dan cobertura o simplemente no hay donde cargar los equipos”, narra Valdivieso.

“La mirada de la guardia bolivariana asentada en el aeropuerto hace vernos como sospechosos, somos extraños extranjeros. Tenemos hambre, sin embargo, es imposible encontrar un local abierto pues el miedo de ser saqueados por la turba que deambula, es terrible”, continúa el relato.

“En la calle todo está cerrado, enormes montículos de basura tirados en las aceras, no se observa a transeúntes, solo se puede divisar letreros en muchas casas que rezan  ‘Se vende’ y, en otros lugares, gentío que pugna por un tacho con agua que está siendo entregada a alto costo a quienes como héroes deciden esperar ‘un nuevo día’”, dice.

Daniel cuenta que la tristeza se refleja en los nacionales, se siente  un rechazo casi total al sistema de Gobierno y a sus gobernantes.

El salario básico de un venezolano llega a los 18.000 bolívares (Bs) que convertidos en dólares llega a seis, mientras una botella con agua de 200 milímetros cuesta 3.000Bs, un desodorante 6.000 Bs, un almuerzo mediano 15.000Bs, etc., la inflación tiene un enorme desequilibrio entre la producción y la demanda; lo que ha causado una subida continúa de los precios de la mayor parte de los productos de consumo masivo y servicios, y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.

En este segundo viaje a Venezuela, Daniel Valdivieso permaneció en Zulia 18 días, en ese tiempo tuvo que cuidarse, evitó salir a la calle, consumió a la medida los productos que llevó y se sometió a los avatares de la tecnología que por momentos le permitió una comunicación fluida con sus familiares y compañeros en Ecuador, y en otros se tornó imposible.

El plan de estudios indica que si Daniel cumple con todo lo estipulado el doctorado se extenderá hasta el 2021, en tres años debe viajar un total de seis ocasiones a Venezuela, según indica la norma aprobada.

El profesor Daniel como lo llaman sus estudiantes, renunció a la propuesta de estudiar su doctorado en España como están haciendo otros de sus colegas.

Él prefirió Venezuela porque es un hombre fascinado por la cultura popular de ese país, esto a pesar de la difícil situación en la que actualmente está sumergida esa nación. “Yo elegí estudiar allá”, comentó para ManabiNoticias.com

De acuerdo a datos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT) en el 2008 existían en el Ecuador 482 profesores con título de PhD, en el 2012 esa cifra aumentó a 1.056  y en el 2016 ya eran 2.776. Hasta esa fecha el total de profesores a nivel nacional era de 36.272.   Los datos actuales no se han hecho público.

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