Ecuador no cubre en totalidad la vigilancia del espacio aéreo

Cuatro radares comprados en 2016 a la empresa española Indra, en completo funcionamiento desde hace un año, vigilan el espacio aéreo ecuatoriano, pero no alcanzan a cubrirlo en su totalidad.

Hay un porcentaje menor al 10 por ciento del territorio que aún está fuera del alcance del sistema de vigilancia y alerta temprana, que está en manos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).

El presidente de la República, Lenín Moreno, lo reconoció y dijo que están “solucionando los problemas de uno en uno y hay que ir solucionando los problemas que requieren un parche por el momento mientras buscan una solución definitiva”.

El mandatario, quien recordó la adquisición de los radares chinos que no sirvieron, aseguró que se está haciendo la adquisición de nuevos equipos de última tecnología.

El anuncio lo hizo un día después de que una avioneta bajo sospecha de tráfico de drogas lograra huir desde los terrenos ubicados en el sector El Aromo en Manabí, donde debió construirse la Refinería del Pacífico.

En el lugar fueron detenidas nueve personas, entre ellas tres guardias de seguridad y un policía activo y otro pasivo, a quienes les formularon cargos por tráfico de drogas y se les dictó prisión preventiva por 30 días.

La de El Aromo, en Manta, es la segunda avioneta narco que en menos de un mes se avista en la provincia. La primera se cayó e incineró el pasado 11 de marzo en una zona rural del vecino cantón Montecristi, cargada con paquetes de cocaína.

Manabí junto con El Oro, Guayas, Los Ríos, Santa Elena y Esmeraldas, integran la zona de mayor atractivo para la salida de la droga hacia el exterior. Y por tanto, dice el general Oswaldo Domínguez, excomandante general de la FAE, sus corredores aéreos deben ser de los más vigilados.

Tanto Domínguez como el excomandante de la Marina, Fernando Donoso (ambos pilotos) creen que lo más importante es que los radares estén ubicados en sitios estratégicos, que permitan vigilar esos corredores para evitar los ingresos ilegales de aeronaves hacia pistas clandestinas.

Ambos reconocen que ningún sistema de radar es impenetrable y que las avionetas pequeñas pueden volar bajo y por los puntos ciegos marcados por la orografía del terreno. A esto se suma el hecho de que los pilotos pueden apagar el transponder, que emite una señal en código para que la aeronave pueda ser identificada.

Según los expertos, aunque la aeronave tenga apagado el transponder, los radarespueden lograr su ubicación e incluso marcar su trayectoria en una carta electrónica.

Domínguez precisa que, además, es muy importante que el país conozca si el nuevo sistema de vigilancia aérea, bajo el control de la FAE, ya está integrado y sincronizado con el de la Dirección de Aviación Civil (DAC), que sirven a la aviación comercial. Aquello, dice es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema de vigilancia y el sistema de defensa del espacio aéreo del país. (Expreso)

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