ESCALOFRIANTE | Unos 30 cuerpos descuartizados han sido levantados en la Zona 8 durante el 2022

Diario El Universo.- Durante este año, la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) de la Policía ha sido notificada sobre el hallazgo de cuerpos descuartizados o de piezas anatómicas, una cabeza o una pierna, en algún lugar de la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).

Los agentes llegan un registro de al menos 27 personas que durante el 2022 han sido desmembradas o decapitadas solo en Guayaquil y Durán.

Algunas ya fueron identificadas y otras no. Pero la cifra de víctimas sería más alta, pues en esta lista oficial solo se consideran los cuerpos completos o los que ya han sido identificados, porque aún hay piezas que no han logrado etiquetar, por ejemplo, semanas atrás en la cooperativa San Francisco, frente a la Penitenciaría, hallaron una pierna y luego un brazo.

No serían de la misma persona y esas dos víctimas no constan aún en la lista de la Policía porque el resto de los cadáveres aún no aparecen.

El mayor Esteban Balladares, jefe encargado de la Dinased, detalla que de los 27 casos; 13 se dieron en la cárcel de Guayaquil, 8 en el cantón Durán, 3 en Pascuales, 1 en Ceibos (Perimetral), 1 en Esteros (Trinitaria) y otro más en Nueva Prosperina (Monte Sinaí).

A estos casos habría que agregar cuerpos mutilados encontrados en los últimos días, como el caso de la mujer hallada en tres bolsas que fueron esparcidas en la vía Perimetral y que habría sido víctima de femicidio.

El policía señala que a inicios del 2022 hallaron los cuerpos de Durán en el sector del cerro Las Cabras. Los restos estaban ensacados y completos, pese a estar cortados.

Ocho cuerpos desmembrados fueron descubiertos durante los primeros meses del 2022 en el cerro Las Cabras, en Durán. Fd Ronald Cedeño  Foto: Archivo

Aunque suene tétrico, eso facilita el trabajo de los agentes porque los familiares aportan datos sobre tatuajes o cicatrices que sirven para darle un nombre al cuerpo.

Aunque Balladares prefiere no hablar de la investigación que se lleva en Durán por estas muertes, señala que efectivamente era parte de la guerra entre bandas que se dio en ese cantón del Guayas en los primeros meses del año. E

sto incluso llevó a dejar los cuerpos de dos hombres colgados en un puente peatonal de Durán.

Esa práctica ahora se está ejecutando en el noroeste de Guayaquil, donde además de la cifra global de asesinatos que se ha incrementado en un 200 %, se han reportado varios cuerpos y piezas.

En la vía Perimetral, hace casi un mes, hallaron los restos de un hombre que había sido descuartizado en siete partes y los sacos con sus extremidades abandonados cerca del viaducto que lleva a Los Ceibos. La víctima era Joseph Villamar, de 28 años. Sin antecedentes.

Los restos de Joseph Villamar fueron hallados en siete sacos hace un mes en la vía Perimetral. Cortesía ATM Foto: archivo

Tenía casi una semana desaparecido y fue identificado por un tatuaje.

El 7 de diciembre, los vecinos del sector de Monte Sinaí reportaron el hallazgo de una pierna humana en el conocido “canal de la muerte” que atraviesa la zona. Con el pasar de los días fueron apareciendo el resto de las piezas del hombre que estaba cortado en seis partes. Aún no se conoce quién es.

Cinco días después, en una calle comercial del Pascuales fue abandonado el cuerpo desmembrado de otro hombre. Aunque la Policía sí logró identificar a la víctima y esta no tiene antecedentes, los agentes explican que su familia no aportó con información para la investigación y que el fallecido no tenía un oficio que justifique sus ingresos.

Diez días después, el 20 de diciembre, en el mismo punto de Pascuales, fue abandonada la cabeza de una mujer.

La Policía sospechosa que ambos casos están relacionados porque los dejaron en el mismo lugar, a cinco metros de distancia, y los cortes habrían sido hechos con el mismo instrumento.

La mujer, de tez trigueña y pelo rizado, sigue sin ser identificada.

Pero el 21 de diciembre se dio otro hallazgo macabro. Otra mujer fue hallada en partes en un basurero de la isla Trinitaria, en la vía Primetral. Su cuerpo estaba en dos sacos. La habían cortado en siete partes.

La víctima era Yésica Marcela Calvo Montoya, una ciudadana colombiana que había sido reportada como desparecida el 2 de diciembre en el sector de La Caraguay.

La extranjera, según las investigaciones policiales, trabaja como prestamista aunque su familia dice que ella vendía perfumes a bordo de su moto.

Marcela fue identificada por su madre gracias a un tatuaje que tenía en su brazo.

Balladares cree que los casos de Durán y de Pascuales sí serían un mensaje de una banda a otra, pero el resto de víctimas de Guayaquil, según él, fueron abandonadas en lugares donde había oscuridad y al paso podían lanzar los sacos.

Kléber Carrión, experto en seguridad y exmiembro policial, considera que en los últimos años se ha pedido el valor por la vida humana.

“Antes hasta los sicarios tenían códigos de conducta, pero ahora matan al que es y al que no es y hasta en carniceros se han convertido”, comenta el abogado de profesión.

Analiza que la situación ya sobrepasó el control policial, pues ha escalado mucho más al punto de dejar restos esparcidos por eso insiste en que es importante modificar las leyes y quitar los beneficios penitenciarios que permiten liberar a asesinos y jefes de bandas.

Por eso pone como ejemplo el caso de Junior Roldán, alias ‘JR’, el líder de Los Choneros que hace dos semanas consiguió la prelibertad. Aunque le duró poco porque fue nuevamente capturado por porte de armes.

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