A casi una semana de la boda de Meghan Markle con el príncipe Harry aparecen unas fotos de la exactriz y ahora duquesa de Sussex haciendo topless en una playa.
Las instantáneas fueron desmentidas por Kensington Palace, insistiendo en que se trata de un truco fotográfico. Mientras que la duquesa ha preferido no hacer declaraciones personales.
La filtración se habría generado desde el mismo teléfono de Meghan. Un asunto que muy probablemente acabe en los tribunales, como ya pasó con Kate Middleton, cuando fue pillada de luna de miel en Francia sin la parte de arriba del bikini.
La duquesa de Cambridge aparecía junto al príncipe Guillermo. El semanario galo Closer, encargado de sacar a la luz dichas imágenes, fue a los tribunales y acabaron pagando 190.000 euros. Una cifra muy inferior a la que se pedía en un inicio: dos millones de euros.
La controversia con Markle llega porque las fotografías están tomadas por ella misma y en un lugar público. Por lo que alguien ha tenido que acceder a su móvil y hacerlas públicas.
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