Hay terror cuando se muere en vecino en Guayaquil

La mañana de ayer, el canillita José Paucar entregaba periódicos en el centro de Guayaquil, como de costumbre. Caminaba por la calle Boyacá. Eran apenas las 06:30 y el sector estaba desolado. En ese momento pasó por la intersección de Padre Solano y se sorprendió al ver un extraño bulto.

Junto a un basurero, el hombre observó algo envuelto en una funda negra, amarrada con sogas a los extremos. Debajo de la bolsa había una sábana. Paucar intuyó lo peor: que se trataba de un cadáver.

De inmediato avisó a los policías de un cuartel cercano, quienes fueron a inspeccionar el hallazgo. Luego, la zona fue acordonada por los uniformados para iniciar las indagaciones respectivas. A lo lejos, los curiosos miraban la labor de los gendarmes.

“Estaba tapado (…). Es increíble, ¡¿cómo van a dejar a un ser humano botado así?!”, lamentó Paucar. El hecho lo dejó perplejo, pues en los más de 10 años que lleva en el oficio jamás vio algo similar.

El policía a cargo del proceso, al ser consultado al respecto, indicó que aún investigaban lo ocurrido y que no podía pronunciarse. Pero refirió que, al parecer, el cadáver fue abandonado intencionalmente en el lugar.

Por la emergencia sanitaria declarada en el país a causa del coronavirus, los moradores temen que se trate de una víctima mortal del mal de Wuhan. Pero hasta el cierre de esta edición no se aclaraba esa sospecha.

Dos difuntos en un barrio

¡Sienten terror cuando se muere un vecino!

Los residentes de las calles Oriente y Babahoyo están preocupados. Dos inquilinos de una casa rentera de la zona fallecieron en apenas tres días. A los vecinos también les ‘ronda’ en la cabeza si se trata de más casos del temido virus.

A ese punto de la urbe llegó Richard Plúas, a las 09:30, junto a su esposa. Cuatro horas antes, su padre, de 62 años, murió en el departamento que alquilaba. El pariente dijo que a su progenitor le dolía la cabeza últimamente, tenía malestar general en el cuerpo y la presión arterial elevada.

Acotó que no estaba seguro de si se trataba o no de un posible coronavirus, ya que a su papá no le hicieron el examen de detección. “No podemos decir eso hasta que no le hagan estudios (al cuerpo)”, refirió Plúas. Él llamó al ECU-911 para solicitar que retiraran el cuerpo.

“Llamamos a emergencias. Nos dijeron que debemos entender que están colapsados, pero hay otra persona adentro varios días (…). Los inquilinos se están quejando y yo los entiendo”, comentó.

El otro fallecido al que se refería Plúas era un hombre de 67 años. Patricia Merchán, una vecina del lugar, mencionó que el hombre no se sentía bien de salud. Él vivía solo en una pieza.

“Tenía una tos fuerte y le dolía el cuerpo. Él me avisaba cuando pasaba que se sentía mal”, explicó la señora. Ella y su familia están incómodos por esta situación y por eso evitan salir de casa.

Se estableció un protocolo

El pasado jueves, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, informó que la institución suscribió un protocolo de cadáveres y que se cuenta con seis unidades que están trabajando para el traslado de cuerpos hacia la Junta de Beneficencia, Jardines de la Esperanza y Parque de la Paz, en el Puerto Principal.

La disposición estipula que en los casos de muertes por COVID-19 se debe cremar los cuerpos. Además, está prohibida la velación de aquellos fallecidos, para evitar posibles contagios en dichas reuniones fúnebres. (Extra)

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