Hoy se recuerda el Día Mundial de Concienciación del Autismo

En el año 2007, la Asamblea General de la ONU declaró el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.

Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 menores tiene Trastorno del Espectro Autista.

Blanca Sánchez no entendía por qué su nieto Cristian, de 4 años, jugaba solo, no hablaba y prefería encerrarse en los cuartos a oscuras y tapar sus orejas para no escuchar el ruido que otros hacían.

Sin embargo, cuando el niño fue diagnosticado con el TEA)saltaron distintas preguntas. ¿Cómo tratarlo?, ¿qué medicamentos darle?, y ¿qué pasará cuando crezca? En la actualidad ella lleva a su nieto una vez por semana a terapia de lenguaje, consultas al psiquiatra y al neurólogo, y desde hace unos meses emprendió el proceso para que le den el carné de discapacidad.

“Con él debo tener mucha paciencia y cuidado porque no mide los peligros de lo que hace o come. En una ocasión comió basura. A veces no sé cómo actuar y busco en internet las razones por las que se pone de determinada forma”.

Hoy, en el Día Mundial de Concienciación del Autismo, expertos explican el rol de los padres de la familia para un mejor trato. Edith Monar, psicóloga y responsable de discapacidades del centro de salud Martha de Roldós de Quito, indicó que el comportamiento de un niño dependerá del grado de su enfermedad: leve, moderado y severo.

El primero es un autismo de alto funcionamiento que tiene un mejor diagnóstico porque puede desarrollar el lenguaje. El segundo o de tipo regresivo se caracteriza por la carencia del habla, el coeficiente intelectual y las emociones. Mientras que el tercero afecta a ambas, además de las destrezas y habilidades.

La empatía es necesaria

Susana Llivisaca, de 40 años, también sufre de este trastorno. Es madre de dos niñas y trabaja como analista de investigación en la Escuela Superior Politécnica del Litoral, en Guayaquil (Espol).

Considera que su preparación académica le permitió ganarse un espacio en la institución. Ella se graduó de ingeniera acuícola y estudió dos maestrías.

Para Susana hace falta que en las instituciones educativas, así como en el ámbito laboral, se trabaje en la empatía hacia los otros.

“Donde laboro he tenido la colaboración de todos cuando he pedido quitar lámparas porque no soporto la luz o apagar el aire acondicionado porque siento dolor. No he tenido ningún problema”. Pero indica que esa situación no se repite en otros espacios y menos en los centros educativos.

“Cuando se necesita hacer cambios en la infraestructura para los niños con TEA, los mismos compañeros y padres de familia reaccionan mal y se oponen sin pensar en el sufrimiento y las molestias que tienen aquellos que padecen de este trastorno”, indica. Cree que si se logra una empatía se podrá comprender que hay diversidad de personas en el mundo.

Este martes en el parque La Rotonda de Portoviejo, desde las 20:00, se recordará la fecha con el encedido de luces en las piletas.

 

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