La Conferencia Episcopal Ecuatoriana se solidarizó hoy con el pueblo en general y las familias de los tres miembros del equipo periodístico secuestrados hace once días cerca de la frontera con Colombia, acciones que considera «no tienen cabida dentro del corazón de la Iglesia».
«Frente a los hechos acontecidos en Esmeraldas, Ecuador (…) desea expresar sus sentimientos de solidaridad para con sus familiares y el pueblo en general por este lamentable acontecimiento que tiene repercusión no sólo nacional sino internacional», reza una carta abierta de la Conferencia ecuatoriana.
Añade que «este tipo de acontecimientos no tienen cabida dentro del corazón de la Iglesia ya que rompe con la paz personal familiar y ciudadana».
Confirma que los familiares y amigos de los capturados «han dirigido una carta al santo padre, la misma que ha sido canalizada ya a través de la Nunciatura Apostólica».
Y subraya que «desde la Iglesia en Ecuador, nos unimos en oración para que nuestros hermanos Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, y otros más, víctimas inocentes del secuestro, puedan retornar a sus hogares e integrarse a sus actividades».
La Iglesia ecuatoriana destaca que «es del conocimiento general» que diferentes comunidades católicas y cristianas han realizado plegarias para pedir por el bienestar de los secuestrados.
«Invitamos a todos los sacerdotes y los fieles católicos para que este próximo domingo día de la Divina Misericordia, pongamos como intención especial en la santa misa la liberación de estos hermanos», concluye la carta abierta.
Esta tarde está previsto que se oficie una eucaristía en la Basílica del Voto Nacional de Quito para pedir por la libertad de los secuestrados en la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, por disidentes de las FARC, según reveló uno de los cautivos en un video difundido por la prensa colombiana. EFE
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