Murió con síntomas de coronavirus y su cadáver aún está en casa

Se cansó de llamar al ECU911 y escribió desesperada a la redacción de EXTRA. Clarisa Tumbaco Banchón no solo tiene que soportar el dolor por la muerte de su padre Tomás Tumbaco Murillo, sino que, a más de 15 horas de haber dejado de existir, ninguna autoridad ha acudido a su domicilio, ubicado en Las Orquídeas, en Guayaquil, a realizar el levantamiento del cadáver y el cuerpo se empieza a descomponer. Tienen sospechas de que su muerte se deba al COVID-19, por los síntomas que presentaba.

“¡Ayúdenme, que llevamos todo el día así!”, suplicaba a través de mensajes de texto. La guayaquileña relató que su progenitor presentaba un cuadro febril desde hace dos semanas, pero la noche del domingo 22 de marzo empezó a ahogarse.

“Se estaba sofocando a las tres de la mañana, como que se ahogaba. Mi hermana lo fue a ver y estaba muerto”, describió y adjuntó una gráfica de su cadáver cubierto por una sábana.

Antes de morir, cuenta que llamaron al 171, pero estaba colapsado. Desesperados, se comunicaron con el ECU911. Lo derivaron con una doctora que le recetó azitromicina.

Tomás, que tenía 61 años, trabajaba como guardia en ese lugar, pero residía en la parte de arriba, con una hija, hermana de Clarisa, que ahora está sola con el cadáver, con temor porque empieza a oler mal. Además, tienen miedo de contagiarse de coronavirus.

Ya no sabe cuántas veces ha llamado al ECU911 y nadie se ha presentado al lugar donde está el cadáver, en la manzana 1022, solar 33. Por eso, quiere que través de EXTRA se dé a conocer su caso para que las autoridades sanitarias y de control le ayuden.

“Ya se les avisó que falleció y lo único que nos dijeron es que lo tapen con una sábana”, lamentó.

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