El presidente Lenín Moreno no administró sus redes sociales durante la campaña presidencial en Ecuador en el 2017. Esta fue la respuesta de la Secretaría Nacional de Comunicación (Secom) al artículo titulado ‘La Fábrica de Seguidores’ del periódico New York Times (NYT).
En dicha nota el periódico estadounidense reveló que un asesor del mandatario, entonces candidato, habría adquirido seguidores falsos en la red social Twitter. En dicho texto se explica cómo la empresa Decumi vende seguidores y retuits a varios personajes del mundo.
En la lista hay celebridades, deportistas, periodistas y políticos. Según el medio escrito, los productos de Decumi atienden las necesidades de figuras políticas y gobiernos de todo el mundo. Se menciona que un editor de Xinhua, la agencia noticiosa china, le pagó a la compañía para conseguir cientos de miles de seguidores y retuits en Twitter, una plataforma que está prohibida por el gobierno chino pero que es vista como un foro para la propaganda al exterior.
“El año pasado, un asesor del presidente ecuatoriano Lenín Moreno adquirió decenas de miles de seguidores y de retuits para las cuentas de la campaña electoral de Moreno”, se menciona también en el artículo.
Sin embargo, el secretario nacional de Comunicación, Álex Mora, dirigió una carta con fecha del 26 de enero del 2018 al periodista de ese diario Nicholas Confessore en la que expone la posición oficial respecto a la publicación.
“Es importante aclarar que, por cuestiones operativas durante la campaña, el Primer Mandatario definía los contenidos, pero no administraba sus redes sociales; si algún colaborador o asesor decidió actuar con poca ética al comprar seguidores, lo hizo sin conocimiento ni autorización”, se redacta en el documento.
También se hace énfasis en que se habría violentando, además, las disposiciones expresas del equipo de comunicación de la campaña. De acuerdo con el periódico estadounidense, Devumi cuenta con al menos 3,5 millones de cuentas automatizadas que le permitieron vender más de 200 millones de seguidores de Twitter (cada cuenta se vende a más de un cliente), de las cuales al menos 55 000 cuentas usan nombres, fotos de perfil, lugares de origen y otros detalles personales de usuarios reales de Twitter, incluidos menores de edad. Consultado por el Times, el fundador de Devumi, German Calas, negó que vendiera seguidores falsos y dijo ignorar todo sobre el robo de identidades de usuarios reales.
Sin embargo, el diario aseguró haber accedido a los registros que prueban que más de 200 000 clientes de la empresa -incluyendo periodistas, estrellas de reality shows, deportistas, entre otros, le compraron gran parte de sus seguidores. (Tomado de El Comercio)