Guayaquil, luego de ser foco de la pandemia, ahora es referente de cómo combatirla

Guayaquil vive un contraste en su lucha contra el COVID-19. A finales de marzo e inicios de abril vivió la época más nefasta. Se recuerdan con tristeza y luto las imágenes de muertos botados en las aceras, que dieron la vuelta al mundo y Guayaquil era vista como el foco de la pandemia en Latinoamérica, el peor ejemplo sanitario.

La pandemia provocó 9073 muertes en la ciudad por encima de los promedios normales entre el 21 de marzo y el 18 de junio, según un registro de los cuatro grupos de cementerios de la ciudad hecho por el Municipio. El Registro Civil da cuenta de 16 000 defunciones inscritas, 10 000 por encima de los promedios. No obstante, las cifras del Ministerio de Salud citan 1034 fallecidos confirmados por COVID-19.

Ahora, a partir de la última semana de mayo y durante lo que va de junio, las cifras altas de contagiados y muertos cayeron en picada. Así, de 498 sepulturas que se hicieron el 6 de abril, el día más trágico de la pandemia (el Registro Civil señala 634 defunciones inscritas el día 4 en todo Guayas), hasta ayer había 28 días intercalados con cero a 10 muertes por encima del promedio, en tanto que los últimos 8 días consecutivos con cero muertes. Asimismo, el Ministerio de Salud registra que de 576 casos positivos contabilizados el 23 de marzo, entre el 6 y 10 de junio Guayaquil tuvo cero casos. Hasta el viernes, el total de casos es de 9935 en la ciudad.

Este contraste ya está siendo reseñado por medios de comunicación internacionales.
¿Por qué ese cambio? El intensivista Enrique Boloña Gilbert, jefe de terapia intensiva de la Clínica Guayaquil, indica que actualmente el reporte es tan bajo que en las últimas cuatro semanas solo dos pacientes han ingresado a terapia intensiva de la clínica.

“Fueron semanas terribles, angustiantes, ver saturado el sistema de salud. Tuvimos que cerrar las puertas, el parqueo de la clínica se convirtió en sala, tuvimos que adaptar camillas para darle el tratamiento que los pacientes necesitaban para sobrevivir”, relata él.

El epidemiólogo Francisco Andino explica que el virus agarró a la ciudad de forma imprevista y causó el debilitamiento del sistema de salud con la muerte de más de 100 médicos y el contagio de unos 1600 profesionales.

Expertos detallan que Guayaquil se llevó la peor parte de la pandemia ya que coincidió el regreso de migrantes y viajeros desde Europa y Estados Unidos, zonas donde el virus llevaba ventaja. Otro fue el factor comercial, en donde la mayoría de comerciantes vive del día.

Washington Alemán, infectólogo que dirige la mesa técnica que asesora al Municipio de Guayaquil, explica que ahora a Guayaquil se la puede evaluar desde dos puntos de vista. Uno, a partir de aquella catástrofe, y otro, mediante su proceso de recuperación.

El Municipio hizo un muestreo y a mediados de mayo estimó que el 33 % de la población, es decir, casi un millón de habitantes tuvo el virus, mientras que médicos consideran que fue más del 50 %.

Boloña dice que ese grupo de contagiados generó, en su mayoría, inmunidad por lo que el paso del virus de acorta. También se le suma el cuidado. “Hemos aprendido los cuidados y eso fue a un costo muy muy alto. No sé de algún guayaquileño que no haya perdido un familiar, un amigo o conocido”, lamenta Boloña.

La alcaldesa Cynthia Viteri destaca que “ante la catástrofe, el Municipio intervino y en poco tiempo levantó dos hospitales para atención intermedia, 300 camas con oxígeno por tubería, desplegó 35 clínicas móviles con pruebas, puso ocho hospitales del día todos con médicos, pruebas y oxígeno y 500 médicos que en ejército salieron a recorrer casa por casa a buscar a los pacientes… Cambiamos el sistema del gobierno: en vez de esperar a los pacientes en emergencia, salimos a buscarlos”.

Boloña añade que así como otras poblaciones toman de referencia errores y aciertos de China, de Italia y de España, también hay quienes tomarán de referencia a Guayaquil tanto para mal como para bien.

Según Andino, Guayaquil necesita pensar en el futuro pues no está fuera de un rebrote, seguir aprendiendo y ver la pérdida de servicios como el Hospital Neumológico. Espera que el Gobierno haga acciones directas en territorio. (I)

Una ciudad que se recupera con la suma de acciones

Expertos médicos detallan que parte del control de nuevos contagiados de COVID-19 en Guayaquil se debe al liderazgo de las autoridades locales y a la activación de nuevos espacios y capacidad de atención médica.
El infectólogo Washington Alemán explicó que existió apertura del Municipio para que un grupo de más de 60 médicos de la mesa técnica asesore en las decisiones para controlar el número de decesos. En las unidades móviles
se atendió a 46 493 pacientes
en los nueve hospitales del día. En el Centro de Convenciones, a 2469. Y en el hospital Bicentenario, a 3450.
“La alcaldesa Cynthia Viteri ayudó a que grupos de empresarios, integrantes de las cámaras, agilicen recursos, esa parte no médica fue fundamental porque fueron recursos que se inyectaron a la ciudad para superar la crisis”, detalló el médico.
Añadió que también fue el cambio de estrategia, el evitar llegar a la terapia intensiva y acudir a los barrios para controlar allí el coronavirus. “Hubo una georreferenciación de la ciudad hecha por arquitectos y eso ayudó a que nuevas áreas no se infecten”.
María Gloria Alarcón, del Comité Empresarial Ecuatoriano, resalta en varios medios el apoyo del sector privado en salud.
La reactivación laboral segura es otro eje que mantiene bajo en contagios a Guayaquil. La Gobernación del Guayas, por ejemplo, ha entregado 10 000 pruebas rápidas a gremios, instituciones públicas y otros grupos. (El Universo)

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