ATERRADOR | Secuestro extorsivo afecta al sector pesquero de Manabí

Primicias Ec.- Carmen R. salió de la casa de su hijo Miguel como lo hacía regularmente los viernes por la tarde, pero bastaron minutos para vivir los peores días de su vida en Manabí.

Estuvo secuestrada durante 22 días por unos sujetos armados que la interceptaron en dos vehículos el 25 de noviembre, alrededor de las 17:20, justo después de salir de la vivienda de su hijo en la ciudad de Manta.

Por la noche, los secuestradores “activaron el canal de comunicación a través de Whatsapp”, según Patricio Armendáriz, jefe de la Policía en Manabí.

“Pedían USD 2 millones y se identificaron como miembros de la organización criminal ‘Tren de Aragua’”, añade Armendáriz.

El ‘Tren de Aragua’ es una banda criminal que se formó en el estado venezolano de Aragua y que, en los últimos años, ha extendido sus operaciones a Brasil, Chile, Bolivia, Colombia y Perú.

En Perú fueron detenidos 30 miembros de la organización delictiva el 11 de noviembre de 2022.

Ecuador también ha reportado la posible operación de esta peligrosa banda en el territorio nacional. Sin embargo, el jefe de la Policía de Manta, Luis Cano, descarta que ‘El Tren’ esté detrás del secuestro de Carmen R. “Al parecer se tomaron el nombre, pero no hay indicios claros de que ese grupo criminal opere en Manabí”, sostuvo Cano.

Una de las pruebas que descarta la participación de ese grupo en el secuestro de Carmen R. es que los dos detenidos son ecuatorianos. Se trata de Kevin M.A., que tiene antecedentes penales por tráfico ilícito de armas, y Edison M.C., de 41 años. Estas capturas fueron clave para liberar a la víctima.

Llegan a poblaciones pequeñas

En los 22 días que Carmen R., una empresaria de 56 años vinculada con las actividades pesqueras, estuvo en cautiverio, los secuestradores la llevaron a la zona rural de Pedro Carbo, en Guayas.

La dejaron en una casa de dos pisos, construida de bloques de cemento y madera. Para llegar al sitio, había que recorrer un buen tramo por una vía sin asfaltar, adentrándose al campo.

No había nada más alrededor de la casa donde estaba Carmen y solo uno de los delincuentes la vigilaba.

En agosto de 2022, otra empresaria fue secuestrada durante cuatro días. Su familia se dedicaba a la pesca y los extorsionadores pedían USD 180.000 por su rescate. La Policía detuvo a cuatro personas, entre ellas un menor de edad.

Con este caso, en Manabí van 12 secuestros en 2022, solo dos menos que en Guayas. En total, 38 personas han sido secuestradas y liberadas por la Policía a escala nacional.

Estos serían los datos de quienes han denunciado y han pedido la intervención de la Unidad de Investigación Antisecuestros (Unase). Las autoridades reconocen que ocurren muchos secuestros más, sobre todo en pequeñas poblaciones que se dedican a la pesca.

«El movimiento económico que se genera en Manabí es diferente que en otras provincias por las estaciones de pesca y otros negocios», dice el comandante en Manta, y esa dinámica genera los secuestros extorsivos contra familias.

‘La pesca blanca’

Para Julio Villacreses, coordinador de la Comisión Anticorrupción de Manabí, estas “son las consecuencias de vivir en un estado fallido y se acentúan en las provincias donde las bandas delincuenciales tienen sus centros de operaciones, como Manabí».

Además, “la gente ha optado por la indiferencia, en parte se debe al miedo, pero también a que algunas personas -ya sin pudor- dicen que se dedican a la ‘pesca blanca’; es decir, al narcotráfico», añade.

El 17 de diciembre, la Unase activó el operativo ‘Libertad 38’ para liberar a Carmen R. En este caso se requirió una coordinación nacional porque la víctima y los secuestradores ya no estaban en Manabí.

El primer golpe se dio alrededor de las 15:00 en Quevedo, provincia de Los Ríos, donde se detuvo a uno de los implicados en el secuestro, lo que permitió otro allanamiento cuatro horas después, esta vez en Pedro Carbo, donde encontraron a la víctima.

Carmen R. fue rescatada con vida, sin signos de tortura y sin haber pagado el rescate que imponían los delincuentes. La mujer logró reencontrarse con su familia.

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