Cooperación integral para frenar mafias en el país, entre ellas las que operan en Manabí

La cita fue reservada y los decisiones allí tomadas se mantendrán igual. Tras la primera reunión del Consejo de Seguridad del Estado (Cosepe), el presidente Guillermo Lasso habló de una “cooperación integral”, para frenar a las mafias.

“Esto requiere la atención de todas las instituciones”, dijo. Citó a la Asamblea, Fiscalía, Corte Nacional y al Ejecutivo.

La violencia ha recrudecido en el país. Solo entre enero y marzo de este año van 522 muertes violentas a escala nacional. Es decir, 213 casos más que en igual período del 2020.

Los asesinatos no paran. Ayer 25 de mayo del 2021, por ejemplo, en Posorja, una de las parroquias de Guayaquil, un joven de 19 años murió tras recibir cinco impactos de bala. La Policía atribuye el hecho a una “guerra por apoderarse de territorios”, para la venta de droga al menudeo.

En la mañana también falleció en esa misma zona un hombre que el lunes fue atacado con una granada. Los agentes advierten que es un caso inusual, pues aseguran que por lo general las redes criminales actúan con armas de fuego.

Las primeras investigaciones indican que cerca de las 20:30, unas ocho personas que se movilizaban en motos llegaron a una casa de la cooperativa 20 de Septiembre, en donde supuestamente se vendía narcóticos. Las pericias indican que los armados buscaban terminar con la vida de todos los ocupantes de la vivienda, pero en el momento del ataque solo una persona estaba afuera.

“La víctima al parecer no tenía que ver con el tráfico de drogas. Pero al escuchar los primeros disparos se refugió en uno de los muros exteriores y fue alcanzado por la detonación de la granada”, dijo un oficial a cargo de este sector.

La lucha contra el narcotráfico y las mafias organizadas será parte de las acciones que ejecutará este Gobierno. El ministro de Defensa, Fernando Donoso, contó que estos dos problemas “han ido creciendo poco a poco”. Reconoció una pugna entre bandas delictivas.

Todo se agravó a raíz de la matanza de 79 presos, en febrero. A raíz de esos hechos, informes de Inteligencia policial detectaron cómo grupos locales están identificados con los cárteles mexicanos Jalisco Nueva Generación y Sinaloa.

Hasta ayer, la administración de las cárceles aún estaba en manos de autoridades del anterior Gobierno. Ellos han tratado de pacificar las penitenciarías, pero la violencia se ha trasladado a las calles.

En marzo pasado, cinco miembros de una familia, incluida una bebé, fueron degollados al interior de su casa, en Guayaquil. Las indagaciones indicaron que se trató de una pugna entre las mismas bandas que se enfrentaron en las prisiones. 15 días después, el cuerpo de un hombre, con antecedentes por narcotráfico, fue hallado decapitado en un sector del Guasmo. Para evitar más asesinatos, 80 exprisioneros son protegidos con botones de seguridad.

La idea es que en caso de un atentado active la emergencia, para que los agentes acudan al sitio en el que se encuentren.

Además, se han delimitado mapas para que los uniformados patrullen las zonas en donde están los exprisioneros.

La violencia también se trasladó a Quito. Este año se perpetraron cinco crímenes tipo sicariato. Los agentes indagan una posible lucha entre mafias por mantener su hegemonía.

“De esta no vamos a salir solos”, sostuvo Lasso. “Aquí tienen a un Presidente que le va a poner el pecho a las balas y que personalmente se va a encargar de coordinar actividades que nos permitan lograr la seguridad ciudadana”.

Las alertas también están encendidas en ManabíEsmeraldas Los Ríos. La semana pasada, en esta última provincia, siete personas fueron asesinadas en menos de 24 horas.

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