El sombrero de paja toquilla busca destacarse en nuevos mercados internacionales

El tradicional y fino sombrero de paja toquilla ecuatoriano viene distinguiéndose desde hace varios años en el mercado internacional. Según datos de ProEcuador, durante los últimos cinco años se exportaron 63.56 millones de dólares y 400.13 toneladas de estas artesanías. 
Verónica Chávez, viceministra de esta cartera, afirma que la demanda de estos productos ha sido constante desde el 2016 hasta el 2019, aunque en el 2020 se observó una caída en las exportaciones debido a los efectos del Covid-19.
Actualmente, los principales mercados para estas artesanías son: Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia. Aunque en los últimos dos años países como Eslovenia, Polonia y Rusia han empezado a demandar este producto.
“El sombrero de paja toquilla ecuatoriano tiene ventajas a nivel internacional dada la forma que en que es tejido. Además, es considerado como patrimonio intangible de la humanidad por la UNESCO”, afirma.
En el Ecuador, señala Chávez, hay alrededor de 2.500 tejedores de sombreros de paja toquilla, 2.200 están ubicados en Cañar y Azuay, y 300 en Manabí. De esta cifra 40 son exportadores consolidados y cerca de 150 exportadores esporádicos, es decir, que han exportado al menos una vez entre los años 2016 y 2020.
Una marca que tiene 16 años en este segmento es Taytta Hats. Sus piezas se exportan principalmente a Estados Unidos, Francia, Canadá y Alemania, aunque varios de sus modelos también han llegado a Hong Kong, Singapur, Australia, México, Chile y Panamá.
Su fundador y CEO, Paul Montalvo, comenta que los modelos más demandados en estos mercados es el sombrero clásico tipo Fedora en color blanco y natural. Aunque en verano la tendencia cambia y también se envían creaciones de colores. Hace cinco años procesan además modelos de ala más ancha entre 10 a 16 cm en diferentes formas y tramas.
Para el manejo de clientes mayoristas en toda Norteamérica, la firma tiene desde el 2016 una oficina en Miami, Estados Unidos. “Básicamente trabajamos mediante la modalidad de maquila para otras marcas de moda, quienes nos buscan por la seriedad y la calidad del producto que ofertamos, somos una empresa que maneja rigurosos procesos de calidad en cada uno de los sombreros procesados y despachados a cada cliente”, menciona.
Taytta Hats agrupa actualmente a 400 mujeres artesanas de Azuay y Cañar, quienes se encargan de la elaboración de sombreros de gama media, y para los finos y extra finos cuenta con ocho tejedores de Manabí y 12 de Cañar. Mientras que para la elaboración de accesorios tienen el apoyo de artesanas de Napo, Imbabura y Pichincha.
Actualmente, la marca está trabajando de la mano de las diferentes Cámaras Binacionales como socios para generar alianzas que le permitan encontrar más clientes en el exterior. Montalvo resalta que es necesario trabajar en conjunto con futuros inversionistas que valoren los procesos de los artesanos ecuatorianos, y se lamenta de que en algunas ruedas de negocio el trabajo cien por ciento a mano de los productos se desvaloriza, pues los asistentes le apuestan al precio más bajo.
En el 2019 las ventas de los sombreros de Taytta Hats estuvieron entre los 85 y 100 mil dólares. En el 2020 sus ventas se redujeron y varios contratos con marcas internaciones se cancelaron. Para este 2021 la empresa decidió usar el presupuesto destinado a ferias nacionales e internacionales, en la reingeniería de su página web para potenciar su e-commerce en el extranjero.
“Como parte de esta reingeniería, hemos incursionado con los sombreros de paño premium y relanzando la marca de ponchos Taytta Kuyu que tuvieron excelente acogida en este pasado mes de diciembre”, postula.
Una marca que recientemente está explorando el mercado internacional es Maki Fairtrade. Su gerente Eric Ochoa, explica que su mercado siempre se direccionó a los turistas que visitaban su tienda en Cuenca, pero que en el 2019 sus ventas en el extranjero alcanzaron más de 30.000 dólares, especialmente en Italia, España, Alemania e Inglaterra.
Su certificación de Comercio Justo le ha abierto muchas puertas sobre todo en Europa. “En Estados Unidos si bien ésta es importante, todavía el tema de Comercio Justo no se vuelve trascendental para hacernos los pedidos. En Inglaterra y Alemania sí hay una diferencia súper fuerte, allí no competimos en precio, si no en calidad y le agregamos valor con nuestra certificación”, resalta.
A finales del 2020, la empresa realizó la primera exportación a Reino Unido de fascinadores (especie de sombrero utilizado por los judíos). Estas prendas están hechas de paja toquilla y pintadas a mano con tintes naturales, las cuales están teniendo una gran demanda.
Esta firma cuencana, trabaja con ocho organizaciones de 100 artesanos. Ochoa resalta que para garantizar la calidad de sus productos trabajan con los artesanos en el fortalecimiento de sus capacidades, sobre todo en lo que respecta a estándares, tamaños, cromática e innovación.
“No hay otro producto artesanal ecuatoriano que sea tan apetecido en el mercado internacional. Otros países también producen sombreros de paja toquilla, pero no como los nuestros. Todos los sombreros de alta calidad que se demanda Europa o Norteamérica son hechos en el Ecuador”, manifiesta.
Promoción 
Verónica Chávez, viceministra de ProEcuador, comenta que desde las oficinas comerciales en el exterior (OCE) se está promocionando el sombrero de paja toquilla en redes y participando de eventos de promoción comerciales privados, así como en ruedas de negocios virtuales con compradores de América del Norte y Europa.
En Londres se está trabajando con Common Objective, una plataforma de moda ética y sostenible que cuenta con una red de marcas de moda de lujo, diseñadores y compradores para promocionar paja toquilla y tagua como materia prima de la alta costura.

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