ESCALOFRIANTE | Joven mujer fue asesinada, embalada, atada a una piedra y lanzada al río

Diario Extra.- La lenta agonía que le provocó una copa de veneno le dio el tiempo suficiente para confesar y mostrar un supuesto arrepentimiento por el crimen que acababa de cometer.

“No quise hacerlo”, fueron las palabras que Iván Martillo Pilligua, de 41 años, dijo ante uno de sus hermanos en su lecho de muerte, a las 18:00 del sábado 17 de septiembre de 2022, en el recinto La Saiba, del cantón Santa Lucía, en la provincia del Guayas.

El hombre, ese mismo día, había atacado con golpes en el cráneo a Ruth del Rocío Hernández Pérez, a quien luego llevó hasta un sector colindante con el río Daule, donde la habría atado a una piedra -de unos 50 centímetros de diámetro- para lanzarla al afluente.

LA PEDRA
A esta piedra estaba atada la joven guayaquileña. EDGAR ROMERO

Tres días después, el martes 20 de septiembre, el cadáver flotó frente a la parroquia Limonal, del cantón Daule, y los lugareños alertaron de inmediato a la Policía Nacional. Cuando los peritos llegaron confirmaron que la fémina tenía ataduras y que estaba amarrada a un saco de yute que contenía la piedra.

Más tarde, con la necropsia, los peritos descubrieron que la víctima presentaba traumas en el cráneo y que estos habrían sido la causa de su muerte. Con eso se confirmaba que Hernández Pérez fue víctima de un hecho violento.

Eso estaba claro, incluso para sus allegados. Sin embargo, lo que a ellos les “cuadraba” es que Iván Martillo hubiera actuado solo. “Ella era una mujer de contextura gruesa. Mínimo se necesitaba a otra persona para poder cargarla. Eso se tiene que investigar. Debe haber alguien más involucrado y se tiene que hacer justicia”, enfatizó Cruz Farías, la abuela de la víctima.

Con ella coincidieron también otros parientes, como Milenia Hernández, una de las tres hermanas de Ruth del Rocío, quien además recordó que el reciente 10 de septiembre su ñaña cumplió 25 años.

La fallecida dejó tres hijos en la orfandad: un varón, de 2 años, y dos niñas, de 5 y 6 años. Milenia explicó que la víctima habitaba en Guayaquil junto a sus pequeños y a su cónyuge, pero aclaró que había tenido contacto con Iván Martillo porque fueron amigos hace algunos años y que, incluso, él llegó a apoyarla económicamente.

Sin embargo, habrían llevado mucho tiempo sin verse. Esto también lo dijo el padrastro de la joven, Carlos Farías, pero añadió que, al parecer, el individuo pretendía tener una relación diferente, no solo de amistad, pero ella le habría dejado claro que eso no pasaría, porque tenía a su familia.

Lo que Farías no comprendía era cómo logró convencerla para que, la mañana del sábado, Ruth viajara a los brazos del hombre que -horas después- acabaría con su vida.

Versión en Fiscalía

Jacinto, un hermano de Iván Martillo, rindió una versión en la Fiscalía. Él dio los detalles de lo que su pariente dijo antes de perecer y explicó que, al verlo aún con vida, intentaron llevarlo a un hospital, pero en el trayecto -al ver que no tenía signos vitales- regresaron a su inmueble.

“Sabía que mi hermano tenía un romance con una señora, pero no sabía los nombres de ella”, sostuvo el familiar en su declaración.

El fiscal de la localidad, Milton Patiño Moreira, informó que el caso sigue en investigación, pues el Ministerio Público también busca establecer si hubo o no la participación de otra persona.

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