Huaquillas es la última parada de migrantes venezolanos en Ecuador

El Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) de Huaquillas, en la provincia del Oro, se considera la última escala de la travesía de todo migrante venezolano en el Ecuador que se dirige hacia Perú.

Desde el centro de la ciudad de Huaquillas se puede tomar un taxi hasta llegar al Cebaf, que cobra alrededor de USD 3.00. Una vez en las oficinas de Migración, se puede sellar la salida de Ecuador a Perú.

Tras esta gestión, cualquier ciudadano debe dirigirse hasta el Cebaf de Perú, que se localiza a cuatro kilómetros de distancia.

“No hemos tenido ningún inconveniente, es más, tenemos un grupo de seguridad que trabaja internamente, para que puedan guiar a las personas, sabemos que es algo transitorio, tratamos de ayudar de la mejor manera”, dijo a Andes Juan Pablo Peñaherrera, administrador general del Cebaf.

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Fotos: Carlos Rodríguez/Andes

En los alrededores, María Linares Duno descansaba bajo un árbol, bajo un intenso sol de mediodía, junto a su hijo y otros tres venezolanos, mientras comían galletas con crema de queso.

Linares, proveniente del Estado Lara, expresó su agradecimiento a países como Ecuador y Perú, que les han abierto las puertas, así como Venezuela se las brindó en migraciones previas.

Entre lágrimas, esta ama de casa dijo que haberse ido de su país a iniciar esta travesía “es fuerte, porque uno deja a la familia allá». «Pero bueno venimos con este son y pa´lante“, afirmó.

Linares es una ciudadana venezolana más de las 60.914 que registraron su salida desde el Cebaf hacia Perú, sólo durante el mes de junio de este año, de acuerdo con cifras del Ministerio del Interior ecuatoriano.

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María Linares enseña su Carta Andina, documento que cualquier venezolano puede obtener en Rumichaca, frontera colombo-ecuatoriana, documento de identificación para el ingreso a Ecuador o Perú. Fotos: Carlos Rodríguez/Andes

Esta señora también añadió que existe un problema generalizado en su país para la obtención de una cédula o pasaporte original, donde puede pasar hasta un año para la espera del documento.

A su lado, la venezolana Carla Jiménez coincidió en esta afirmación al señalar que para obtener ese documento es necesario “pagarle a un intermediario, quien pase 24 horas frente a una computadora a esperar que la página te habilite para pedir una cita”.

Jiménez, de 19 años y procedente del estado venezolano de Barinas, detalló que un gestor cobra hasta 30 o 40 millones de bolívares (20 dólares aproximadamente) para facilitar el trámite.

La denominada Carta Andina (CA), un documento que se obtiene en la frontera colombo-ecuatoriana, es una “oportunidad” para todos aquellos que no tienen un pasaporte.

La CA permite a los venezolanos una estadía de seis meses en Perú. “En Colombia te la sellan, tu pasas Ecuador y haces la cola igualito como para sellar pasaporte”, manifestó la joven.

Sobre la crisis económica de su país, Jiménez dijo que muchos venezolanos “le echan la culpa al Gobierno venezolano, sin embargo, nosotros hemos perdido la ética como personas, la verdad la gente está tensa, se estresa, porque no le alcanza el dinero, pero yo aspiro y espero regresar a mi país en algún momento”.

En la fila de registro, Atilio Navarro, un señor de la tercera edad que ejercía como pediatra proveniente del Estado Mérida, afirmó a esta agencia de noticias que su sueldo de 8 millones de bolívares (cerca de 6 dólares) no cubría sus necesidades básicas.

En ese mismo lugar, Johana Contreras de Valencia, aseveró que “hay hambre, no hay medicinas, mi padre es paciente renal, quien cada vez se descompasa más, hay crisis humanitaria, por eso tenemos que migrar, para solventar a nuestra familia”.

Como docente preescolar, dijo que renunció a su sueldo porque “no alcanzaba para nada, ni siquiera para pasajes (de bus). Solamente Dios es quien nos puede ayudar, de este Gobierno, solamente Dios tiene que salvarnos”, expresó Contreras.

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A unos metros de ella, Johanne Quintero de 22 años señaló que, en su cargo como administradora de una empresa, su sueldo de 60 millones de bolívares (55 dólares) se mermaba totalmente en gastos como pasajes y alimentación.

“Perú me espera mi hermano y mi padre, quienes emigraron hace tres meses y les ha ido muy bien”, dijo Quintero sobre su preferencia de ir hasta Perú como destino migratorio.

En este sitio, existen las oficinas de Migración ecuatoriana, sanitarios, parqueaderos, una pequeña cafetería y hasta un centro de internet de uso totalmente gratuito.

Al caer el atardecer, el Cebaf se aligera en su carga de tramitación de salidas de venezolanos al Perú. A horas de la medianoche, es testigo nuevamente de otra ola de ciudadanos que llegan a pie y en taxi para amanecer en estas instalaciones y salir esperanzados a primera hora de la mañana a cruzar hasta tierras incas.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) precisa que desde 2016 unos 1,6 millones de venezolanos han abandonado su nación, frente a los 700.000 que migraron durante el año 2015.

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