Por Nancy Vélez
A casi un mes y medio de que se recuerde el terremoto de 16 de abril del 2016, en Manabí, la casa de la Cultura de esta provincia presentará una obra de teatro en la que se plasmará lo ocurrido.
La obra 7.8 Memoria y escombros es el resultado de varios colectivos teatrales, donde supieron llevar el espíritu de la tragedia del terremoto a las tablas. Con quince actores en escena esta obra escrita y dirigida por La Cuarta Pared de Argentina se estrenó con casi mil espectadores en dos funciones en el mes de noviembre en Portoviejo, y ahora se presta para iniciar su gira nacional en Cuenca.
La obra teatral 7.8 memoria y escombros inspirada en el terremoto que sufrió Manabí se presentará los días 14 y 15 de marzo en la sala Alfonso Carrasco de la Casa de la Cultura de Azuay. “En algún momento se nos ocurrió hacer algo sobre el terremoto y las consecuencias sociales, históricas y políticas que genera en la sociedad. Y hoy es una realidad teatral en la provincia.” comentó Guillermo Ale unos de los directores de la obra al finalizar el proceso de montaje.
Reconocen “la presión” que les genera el hecho de hablar de algo tan sensible y delicado como las víctimas del terremoto. “Nuestro teatro nunca busca la complacencia en el espectador, siempre queremos perturbar o cuestionar los cánones sociales establecidos” sostiene Nicolás Masciotro autor dramático de la obra.
Y es que la puesta en escena deja momentos de reflexiones que nos deja por momentos perplejos. Con una dramaturgia profunda la obra se desarrolla entre testimonios y registros sonoros de la época. La cantidad de actores en escena también juega un rol determinante en la dramaturgia corporal, logrando momentos una estética precisa y ambiciosa.
Durante casi una hora la obra se desarrolla con una intensidad, y una vorágine vertiginosa. Como flashes de nuestra historia y de nuestro pasado, el terremoto interviene en cada imagen en cada texto. Los espectadores se ven reflejados y atravesados por una historia que no le es ajena.
7.8 Memorias y Escombros fue un proceso de casi dos meses de un trabajo intenso. «nuestra idea es poder llevar este trabajo a diferentes ciudades, festivales, y teatros de todo Ecuador. Nos parece necesario este tipo de obras que nos fortalecen como sociedad y como núcleo cultural», sostiene Fidel Intriago Zambrano presidente de la casa de la Cultura.
La entrada para la función en Cuenca es libre.
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