Niños estudian en los arboles y las lomas en Manabí

 

En Ligüiqui de #Manta los niños tuvieron que ir hasta las lomas o subirse en árboles para conseguir conexión a internet.
Lo hicieron para cumplir con la disposición de educación virtual que rige desde ayer en Manta y en el resto de la Costa ecuatoriana.
La educación virtual fue la opción que tomaron las autoridades nacionales de Educación debido a la crisis sanitaria generada por la pandemia del coronavirus, que impide las clases presenciales.
Carmen Julia Reyes, presidenta del Gobierno Parroquial de San Lorenzo, sostuvo que su preocupación es porque en esta zona hay alrededor de siete unidades educativas que no cuentan con una conectividad a internet que les permita a los estudiantes iniciar sus clases.
Entre los planteles constan el colegio San Lorenzo y escuelas asentadas en El Aromo y comunidades como Santa Rosa.
Reyes señaló, mediante una llamada telefónica, que el mayor problema de conectividad se vive en Santa Rosa y en Ligüiqui. “Solamente aquí hay cerca de 40 alumnos, mientras otros se trasladan hasta el colegio de San Lorenzo y otros a la universidad”, expresó.
La dirigente recordó que la semana pasada participó en la reunión del COE cantonal de Manta, donde la misma directora distrital se mostró preocupada por el tema.
“Si las clases virtuales ya estaban anunciadas, ellos debieron armar su estrategia con tiempo para evitar los contratiempos que se tienen ahora”, dijo.
Reyes cree que a algunos docentes les tocará arriesgarse e ir directamente a la comunidad, con las medidas de bioseguridad, para dictar las clases.
Para Sugey Posligua, docente de la escuela Riobamba, ubicada en la parroquia San Mateo, el problema que afrontan ahora los maestros, padres de familia y alumnos no se compara a nada anterior. “La situación es tan compleja que, aunque queramos poner todo nuestro esfuerzo como docentes, no podemos exigirles a los padres adquirir una computadora o pagar un plan de internet”, expresó.
Sugey labora con niños de cuatro años que están en inicial. Ayer, de los 27 alumnos que le corresponden, solo doce padres pudieron conectarse por internet.
“Tengo madres que solo tiene un celular, pero tienen dos y hasta tres hijos en la escuela y los horarios chocan”, señaló. Otro problema con el que se ha presentado esta docente, con diez años de experiencia profesional, es que la mayoría de padres no tienen un plan fijo, sino que, de acuerdo a sus posibilidades, hacen recargas, y esto es más limitado.
Una alternativa para algunos alumnos de San Lorenzo es que en la cabecera parroquial hay un infocentro, cuyo espacio ha sido puesto a órdenes de los alumnos, principalmente.
Aunque el contrato venció en marzo pasado, el Ministerio de Telecomunicaciones lo extendió hasta agosto próximo, debido a la pandemia del coronavirus.
Este lugar está abierto de 8h00 a 13h00, y cuenta con ocho computadoras, a las que por ahora solo pueden ingresar dos estudiantes, debido a las restricciones. (La Marea)

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